EFE .- "El programa busca doblar la productividad de las granjas de maíz, a la vez que las hace más resistentes al cambio climático y reduce la superficie de tierra dedicada al cultivo", dijo Carlos Perez del Castillo, presidente del consejo ejecutivo del Cgiar.

Se espera que para 2020 cerca de 40 millones de pequeñas familias granjeras vean beneficios directos del programa y en 2030 el número ascienda a 175 millones de personas.

De cumplirse las expectativas, indicó una nota del Banco Mundial (BM), que colabora con el Cgiar, se conseguiría producir suficiente maíz para satisfacer las necesidades de 135 millones de consumidores en 2020 y 600 millones en 2030.

El anuncio se produjo en la conclusión del 40 aniversario de esta organización internacional, que agrupa a 130 institutos de investigación de diferentes países, celebrado esta semana en Washington y a la que acudió el presidente del BM, Robert Zoellick.

Las nuevas variedades de maíz y cultivos que serán resultado de la investigación serán puestos a disponibilidad de los agricultores y organizaciones que trabajan por el desarrollo de una agricultura sostenible.

"Permitir que esta gente produzca más y mejor maíz rápida y confiablemente ayudará a asegurar su bienestar, así como el de sus comunidades", afirmó por su parte Inger Andersen, vicepresidente de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial.

Según estudios del Cgiar, la demanda de maíz en el mundo en vías desarrollo se espera que se doble hasta el 2050.

"Es un proyecto altamente ambicioso para encarar el hambre en el mundo", expresó por su parte, Thomas Lumpkin, director general del Centro Internacional de Mejora del Trigo y el Maíz, que forma parte del Cgiar.

 

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