El primer acuerdo logrado en el actual proceso para intentar la paz en Colombia está centrado, dijo De la Calle, en la gente, en la economía campesina, el desarrollo territorial, el impulso de la infraestructura rural y el fomento de políticas sociales, entre otros aspectos.

    También tiene en cuenta a los desplazados y a los que han sufrido el despojo de tierras, hace énfasis en la presencia del Estado en todas las zonas rurales y conlleva un "ambicioso" programa de adjudicación y formalización de la tierra.

    "Todo esto se hará con pleno respeto por la propiedad privada y el estado de derecho. Los propietarios legales nada tienen que temer", resaltó De la Calle.

    El jefe de los negociadores del Gobierno reiteró que este acuerdo y los que se vayan construyendo sobre el resto de puntos de la agenda no son de aplicación parcial y solo se llevarían a la práctica cuando se alcance un acuerdo definitivo de paz.

    "Una vez tengamos ese documento final, y ojalá que así ocurra, será sometido a la ratificación de los ciudadanos, por medio de un mecanismo de refrendación popular. Serán los colombianos en última instancia los que digan si quieren o no este acuerdo", manifestó De la Calle.

    Con el acuerdo sobre la cuestión rural, que se considera el origen del conflicto colombiano, Gobierno y guerrilla pusieron este domingo fin al noveno ciclo de unas conversaciones de paz.

    El diálogo entre ambas partes se retomará en La Habana el próximo 11 de julio para iniciar la discusión sobre el segundo punto de la agenda: la participación política de la guerrilla cuando se alcance la paz.

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