Pese a la disminución en un 11 por ciento de la cuantía de los fondos, Álvarez ha asegurado que sostendrá que Asturias no pierda ni un solo euro de las ayudas directas, unos 60 millones anuales.

    También ha abogado porque se recompense a aquellas autonomías como el Principado que han sabido ejecutar los fondos PDR, que en los últimos siete años supuso para la región unas ayudas por valor de 433 millones de euros.

    Ha indicado que los aliados de las propuestas de Asturias son muy variables, ya que cada autonomía puede estar de acuerdo en algunas cosas pero en otras defiende otros intereses.

    En este sentido, ha precisado que las regiones de la cornisa Cantábrica, con determinadas restricciones, están cerca de las ideas que propone el Principado, y que en el reparto de los PDR cuenta con el apoyo de las regiones que, como Asturias, los han ejecutado en un mayor porcentaje contra otras autonomías, como Castilla-La Mancha y Extremadura que no lo han hecho en gran medida.

Rechazo a los beneficiarios que no tengan una actividad y regeneren el sector


    El posicionamiento de Asturias cree fundamental la definición de lo que es un agricultor activo y qué es actividad agraria y rechaza que cualquier solicitante pueda convertirse en beneficiario, como ocurre en el actual reparto, sin mantener una actividad que cree empleo y regenere el sector.

    Defiende que se premie a aquellas modelos productivos que realmente tengan un efecto beneficioso sobre la conservación de los recursos naturales, como el que realizan las explotaciones ganaderas de montaña en Asturias.

    En este sentido, el Principado defiende que la aplicación de los denominados pagos asociados para sectores sensibles debería destinarse al sector ganadero, con el mayor porcentaje de recursos que permita la normativa de la Unión Europea, para que sirva como compensación a esta actividad.

    Respecto a las ayuda Feader, Asturias defiende que el modelo de aplicación debe ser decidido por cada comunidad autónoma y el reparto de los recursos económicos debe de tener como eje vertebrador la singularidad de los territorios.

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