EFE.- En un comunicado, la Asociación ha explicado hoy que una de las novedades de la normativa es que extiende el periodo de caza de hembras de corzo durante el periodo de cría de la especie.

"La abundancia" de corzos "y el desequilibrio entre sexos está generando situaciones indeseables y es urgente acometer con decisión la caza de las corzas para evitar males mayores", ha reconocido.

No obstante, "el permitirlo en la época en la que las crías son dependientes de sus madres puede generar problemas de otra índole, en especial el aumento de la mortalidad infantil por orfandad de las crías", ha subrayado la Asociación.

A su juicio, es "perentorio" que los planes de caza estén "correctamente" fundados en datos obtenidos de forma "coherente, sostenida y sistemática", para elaborar programas de gestión de las especies.

La normativa en Castilla y León autoriza la caza del corzo desde el primer domingo de abril hasta el primer domingo de agosto, y desde el primer domingo de septiembre hasta el tercer domingo de octubre, para ambos sexos.

Asimismo, desde el 1 de enero hasta el 15 de febrero permite la caza solo de hembras y previa modificación, debidamente aprobada, de los planes de ordenación cinegética de los cotos privados que lo soliciten en Soria y en Burgos, para evitar daños en cultivos.

La Asociación, por su parte, ha propuesto la caza de hembras durante enero y febrero, época en que son fáciles de distinguir de los machos, que ya portan cuerna.

Además, las crías ya tienen una edad que las permite sobrevivir sin ayuda de la madre.

Sin embargo, en Castilla y León solo está permitida su caza previa aprobación de planes de ordenación cinegética de los cotos y solamente en Soria y en Burgos, ha puntualizado la Asociación.

"Esta opción dota de una dificultad administrativa, a un proceso que debería ser sencillo, y es gravosa económicamente", ha lamentado.

La Asociación ha añadido que cazar hembras desde abril a octubre, excepto algunas semanas de agosto y septiembre, "abarca las últimas semanas del embarazo, el parto y los primeros meses de la crianza, presentando muchos inconvenientes" para la especie.

La normativa, ha agregado, "no impide cazar hembras en avanzado estado de gestación, siendo por otra parte muy difícil distinguir, a primeros de abril, a una corza preñada de otra que no lo esté".

Asimismo, "no impide cazar hembras en el periodo de cría, siendo también muy difícil diferenciar a una corza que ya ha parido de otra de más de un año, todavía sin crías".

"De esta manera, la posibilidad de supervivencia es casi nula" de las crías "y morirán tanto machos como hembras", ha advertido.

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