Este ganado autóctono marismeño, actualmente protegido y en peligro de extinción, está formado por 1.700 reses de vacuno y equino de las que aproximadamente el 40 % "tiene en estos momentos problemas de comida" en las fincas en las que pastan en el interior del parque que son arrendadas por los ganadores.

"No hay comida, la falta de agua hasta hace unas semanas había provocado que los pastos estuvieran secos, ahora, con las últimas lluvias la marisma se ha inundado y habrá que esperar a que el nivel del agua baje para que la hierba aflore y crezca hasta tener un buen tamaño para que les sirva de alimento", dijo.

Maraver indicó que a esta situación, que en los próximos meses afectará a más del 80 % del ganado que "va a entrar en los meses de invierno en unas condiciones críticas y sin alimento", se le puede "poner remedio".

La solución, precisó, es que la Confederación Hidrográfica del Gualdalquivir autorice el pastoreo en la finca El Moralejo, de titularidad estatal, un espacio aledaño a los que usan los ganaderos y en el que existe "pastizal fresco" para que el ganado pueda alimentarse.

"Se trata de una medida que se llevó a cabo hace dos años, en una época de mucha lluvia que acabó con más del 20 por ciento del ganado, y que sirvó para conservar la especie y lograr que se recuperaran", manifestó

Por ello, desde la asociación, que componen más de 560 ganaderos, se ha solicitado, sin que por el momento se haya tenido respuesta, nuevamente esa posibilidad este año.

"Queremos sacar el ganado que se encuentra en peores circunstancias para que durante varios meses puedan alimentarse y salvar su vida hasta que en las fincas habituales crecen los pastos", apuntó Maraver, quien incidió en que, de lo contrario, la afección provocará que estas dos razas autóctonas "desaparezcan de un plumazo, simplemente por la voluntad de las administraciones".

×