Las cámaras tienen un mecanismo autónomo y rotativo de 360 grados que, en cuanto detecta un conato de humo, fija la cámara en este punto y a su vez envía la ubicación por GPRS del punto exacto donde se ha detectado el humo.

     "Tan sólo tarda de 2 a 5 segundos en hacer saltar las alarmas, de esta forma el protocolo de actuación se podrá ejecutar con mayor rapidez", ha apuntado Bastidas.

     La primera fase de las cámaras de detección de incendios se ha instalado en el Pozo de San Bernardo, desde donde se vigilarán unos 2.500 m2 en las zonas de la Montañeta, Santa María de Bonaire y una parte de La Casella.

     En las próximas semanas se instalarán las otras dos fases que completan este proyecto, para así tener controlada también la otra parte de La Casella, la Murta y el Vall de Bru.

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