EFE.- El acto ha contado también con la participación de Raúl Puente, autor de esta obra editada por la Consejería y profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, entidad colaboradora en el proyecto a través de su Fundación Universidad-Sociedad.

Además de su utilidad como espacio de convivencia, Víboras ha explicado que estos huertos permiten la obtención de una producción de hortalizas y ornamentales para autoconsumo; favorecen la participación social, el intercambio generacional y la recuperación de espacios; e inciden en la sensibilización de la sociedad respecto a la producción ecológica.

La consejera se ha referido a aspectos sociales (atención a colectivos desfavorecidos, entre otros), pedagógicos (a través de huertos escolares), de consumo responsable (potenciando los productos de proximidad) e incluso turísticos y de ocio.

La publicación surge con la intención de ser un instrumento de especial utilidad para los ayuntamientos por ser éstas generalmente las administraciones competentes y responsables de la puesta en marcha de las parcelas dedicadas al cultivo ecológico, ha comentado.

En Andalucía se encuentran experiencias de este tipo muy «asentadas» como el programa ‘Huerta las Moreras’ del Parque de Miraflores de Sevilla, del que Raúl Puente ha sido coordinador, o los huertos escolares que se desarrollan desde hace años en numerosos colegios públicos.

La guía para la puesta en marcha de este tipo de huertos recoge experiencias, buenas prácticas y orientaciones básicas sobre el diseño de las parcelas, las infraestructuras y equipamientos necesarios para su desarrollo o el sistema de organización interna, entre otros aspectos.

EFE.- El acto ha contado también con la participación de Raúl Puente, autor de esta obra editada por la Consejería y profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, entidad colaboradora en el proyecto a través de su Fundación Universidad-Sociedad.

Además de su utilidad como espacio de convivencia, Víboras ha explicado que estos huertos permiten la obtención de una producción de hortalizas y ornamentales para autoconsumo; favorecen la participación social, el intercambio generacional y la recuperación de espacios; e inciden en la sensibilización de la sociedad respecto a la producción ecológica.

La consejera se ha referido a aspectos sociales (atención a colectivos desfavorecidos, entre otros), pedagógicos (a través de huertos escolares), de consumo responsable (potenciando los productos de proximidad) e incluso turísticos y de ocio.

La publicación surge con la intención de ser un instrumento de especial utilidad para los ayuntamientos por ser éstas generalmente las administraciones competentes y responsables de la puesta en marcha de las parcelas dedicadas al cultivo ecológico, ha comentado.

En Andalucía se encuentran experiencias de este tipo muy «asentadas» como el programa ‘Huerta las Moreras’ del Parque de Miraflores de Sevilla, del que Raúl Puente ha sido coordinador, o los huertos escolares que se desarrollan desde hace años en numerosos colegios públicos.

La guía para la puesta en marcha de este tipo de huertos recoge experiencias, buenas prácticas y orientaciones básicas sobre el diseño de las parcelas, las infraestructuras y equipamientos necesarios para su desarrollo o el sistema de organización interna, entre otros aspectos.

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