Gaja, que elabora alrededor de 900.000 o 950.000 botellas al año entre sus centros de Piamonte (Barbaresco y Barolo); y La Toscana -Montalcino y Bolgheri-, destaca la trayectoria de Vega Sicilia y, aunque en España "hay otros muchos productores que hacen buenos vinos", la citada firma "es muy activa", "está regularmente siempre en las subastas y representa a vuestro país en todo el mundo".

     "Ojalá hubiera muchos más inversores con esa visión y ese sueño", como ha ocurrido con Vega Sicilia, ha explicado a Efeagro. Pero el empresario también recuerda los aspectos diferenciales entre la firma española y la italiana Gaja y, así, "yo tengo otra procedencia, ni mejor ni peor".

Un ejemplo de evolución de una gran bodega


     En su caso, explica, "nosotros llevamos cuatro generaciones" y "hemos intentado crecer con nuestros propios recursos; no hemos pedido a nadie".

     "Vega Sicilia es una bodega con gran nombre, que pertenecía a nobles y vendía solo a aristócratas; luego entró la familia Álvarez, que había ganado dinero en otro sector. Pero es un gran ejemplo", ha concretado.

     "Le han dado la vuelta a la bodega, la han remodelado, sustituido todas las barricas antiguas; han hecho toda una revolución y han invertido mucho en el mundo del vino", en distintas localizaciones, ha comentado de Vega Sicilia el empresario italiano.

     Por otra parte, Angelo Gaja, ha asegurado sentir "admiración" por la "gran cocina española", que "ha sido capaz de dejar en segundo lugar a la italiana" y se postula hoy como "la primera competidora" de la francesa.

Los vinos españoles "tirenen un potencial del que no sois conscientes"


     De los vinos españoles, afirma que "no creo que seáis conscientes de la posición que están ocupando en los mercados internacionales gracias a su relación calidad precio, a una buena organización y a la promoción y difusión muy activa" en el exterior.

      Barbaresco y Barolo son los mejores vinos que produce el bodeguero italiano, "al pie de las montañas" de los Alpes, y hoy Angelo Gaja es considerado como uno de los productores más destacados de Italia y figura entre los más influyentes del mundo.

     Sus "Nebbiolo", elaborados con la cepa tinta más fina del norte de Italia, el "Dolcetto" y el "Barbaresco" han dado nueva celebridad a los tintos del Piamonte.

       Recuerda que antaño se consideraba "un vino perdedor" al elaborado en Barbaresco. Pero "no existen varietales mejores que otras"; sí las hay "flojas" que nunca permitirán producir un buen vino, pero también otras que quedaron en segundo plano injustamente y no han dado vinos famosos, quizás por falta de marketing y no tanto de calidad.

      Por eso cree que se necesitan productores capaces de "soñar", que arriesguen, "jueguen" con varietales menos conocidas y consigan vinos únicos que sean apreciados a nivel internacional.

      En España, ha probado un blanco albariño y un Mencía rosado, entre otros, recuerda, que no se conocen en todas partes del mundo pero son magníficos. "No existen vinos perdedores de por sí" mismos, añade, por lo que invita a explorar nuevos horizontes.

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