Ha indicado que el argumento que esgrime Rusia para impedir la entrada de carne de cerdo es que el modelo de certificado de exportación solo permite la entrada de porcino a la Federación Rusa en caso de que el territorio comunitario, a excepción de Cerdeña e Italia, esté exento de brotes de PPA en los últimos tres años, hecho que no se cumple tras los casos de Polonia y Lituania.

    A su juicio, estas modificaciones de certificados deberían ser "mucho" más ágiles y esta "política de no abrir" las fronteras a la UE tiene que ver con la intención rusa de "potenciar su propia producción".

Habrá una solución para un mercado que abarca el 10% de exportaciones españolas


     A pesar de ello, se ha mostrado seguro de que el conflicto tendrá solución y ha apremiado a que se encuentre cuanto antes, porque Rusia "se ha posicionado en los últimos años como uno de los destinos más importantes".

     De hecho, Rusia, en condiciones normales de mercado, acoge entre el 8 y el 10% del volumen total de carne de cerdo que se exporta desde España, lo que en 2012 supuso 115.000 toneladas.

     En este sentido, Higuera plantea que "valdría la pena" el refuerzo de mercados como China, Japón o Filipinas.

Piden soluciones para dos millones de toneladas de purines


En cuanto a la situación por la que atraviesan las explotaciones ganaderas cuyos excedentes de purines son tratados en las plantas de cogeneración que han cerrado ante la futura reforma energética que estudia el Gobierno, apunta que hace necesario buscar una solución para dos millones de toneladas de purines al año.

     Actualmente, las granjas perjudicadas siguen utilizando sus propias balsas para almacenar el purín, mientras que el sector trabaja con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en alternativas como el transporte de los purines hacia otras zonas donde usarlos como fertilizantes, aunque según sus datos su coste económico es elevado.

     Por otra parte, a los productores les preocupa la cuestión de la castración de los cerdos, ya que 2018 es el año que la Unión Europea ha establecido como período máximo para adherirse voluntariamente a una declaración por la que los ganaderos e industriales dejen de realizarla, en beneficio del bienestar animal.

     Se abriría una nueva vía que sería la inmunocastración, que con una vacuna inhibe la producción del olor sexual y la carne no pierde calidad. En España, cerca del 80 % de la producción de cerdos no se castra; el 20 % restante, sí, sobre todo en cabañas de ibérico.

El principal reto sigue siendo la competitividad


     En cuanto a los retos a medio-largo plazo, ha resaltado que la competitividad es "lo primero" para tener "un producto de alta calidad" y "a un precio que nos permita competir en el mercado interno e internacional".

     Apuesta por el mantenimiento de los niveles de sanidad animal europeos, seguir avanzando en bienestar animal y realizar acciones de responsabilidad medioambiental, como puede ser la reducción de emisiones de nitrógeno.

     Anprogapor engloba al 85% de la producción porcina española, primer sector en facturación dentro de la ganadería del país. El año pasado sus afiliados facturaron 6.200 millones de euros, lo que supone el 40 % del volumen total económico generado por la ganadería y el 15% de todos los sectores agroganaderos.

     España produce al año cerca de 3,5 millones de toneladas de porcino, de los cuales 1,5 se destinan a la exportación (el 80% de esta cantidad tiene como destino otros países de la Unión Europea).

     Los principales compradores comunitarios son Francia, Italia, Portugal y Alemania, mientras que en países terceros están a la cabeza China, Rusia, Corea del Sur y Filipinas.

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