Existen infinidad de mezclas forrajeras: mezclas de diferentes raigrases, con leguminosas, con otras especies diferentes, como festucas, dáctilos o cereales etc. Las mezclas de forrajeras suelen presentar muchas ventajas frente a la siembra de monofitas, según se recoge en el blog de LG Semillas.
En función de la zona de siembra y del tipo de animal que vaya a pastar, usaremos unas variedades u otras, pero en general las especies que mejor se adaptan al pastoreo son: raigrás inglés, festulolium, dáctilo y trébol blanco, aunque con un buen manejo podremos utilizar muchas otras.
En la siguiente tabla mostramos el valor de la proteína obtenida en una pradera en función del rendimiento en materia seca y el porcentaje de proteína obtenida (referenciado a la soja a un precio de 320 €/t).
Dependiendo de las especies mezcladas, éstas presentan unas u otras
ventajas. He aquí algunas de las más importantes:
– Cuando mezclamos diferentes especies solemos tener estratos de hojas en diferentes alturas, con lo que aumentamos, tanto la cantidad como la calidad del forraje.
– Tenemos diferentes velocidades de implantación, por lo que las variedades con mayor velocidad protegerán el suelo más pronto de posibles erosiones y harán abrigo a las que tengan una velocidad inferior.
– Mayor tolerancia a condiciones extremas. Ej.: tener en una mezcla variedades más tolerantes a la sequía, como la festuca o el dáctilo, harán que otras especies, como el raigrás, aguanten mejor los periodos secos, ya que el suelo estará más cubierto.
– Se incrementa la flexibilidad de producción de la pradera al estar presentes distintas especies con ciclos de producción escalonados.
Desde Semillas LG recuerdan que tenemos forrajes más palatables y más apetecibles.
Para más información Descargar su blog sobre esta cuestión.
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