El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha defendió el relevo generacional en el campo como una «prioridad» para su gobierno, ante un elevado nivel de envejecimiento en el sector que sitúa en 60 años la media global de edad en todas las explotaciones de la Comunidad.

Lambán realizó esta afirmación durante la celebración del 40 aniversario del sindicato agrario UAGA en Zuera (Zaragoza), al que asistió en compañía de su consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, y del presidente de la organización sindical, José Manuel Penella.

Lambán calificó el progresivo envejecimiento de los actores del sector agrario como un «grave problema»

El presidente aragonés, tras valorar la labor de defensa del campo aragonés hecha por UAGA desde el inicio de la etapa democrática, insistió en que los retos actuales del sector son la incorporación de los jóvenes a la agricultura y una modernización vinculada al I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación).

En su intervención, calificó el progresivo envejecimiento de los actores del sector agrario como un «grave problema» que requiere de políticas que propicien el relevo generacional en lugar del abandono del sector primario.

Las estadísticas referidas por el responsable institucional destacan que el 40 por ciento de las ayudas de la PAC en Aragón tienen más de 65 años y que sólo un 25 por ciento de los titulares de explotaciones agrarias son menores de 50 años.

Lambán considera esencial la incorporación de los jóvenes a la actividad agraria ya que el sector agropecuario y la agroindustria «son para nosotros sectores estratégicos que contribuyen a fijar población en el medio rural y son elementos decisivos para equilibrar nuestro territorio».

Se movilizarán a lo largo de este año 20 millones de euros para resolver las líneas de ayudas a la incorporación de jóvenes


Por esta razón, avanzó que en los próximos meses se resolverán las líneas de ayudas referidas a la incorporación de jóvenes agricultores y a la modernización de explotaciones, que movilizarán a lo largo de este año 20 millones de euros.

A finales de este año saldrá, además, una nueva convocatoria para impulsar el relevo generacional ante la elevada demanda existente en el sector de ayudas para su subsistencia.

En dos años, 2016 y 2017, el Gobierno aragonés ha puesto a disposición del campo ayudas por valor de 50 millones de euros para el rejuvenecimiento del sector, la generación de empleo en el medio rural y la mejora de la competitividad en un mercado agrario ya global.

A juicio del dirigente institucional, «es importante que se incorporen nuevos agricultores en número suficiente, pero aún más que lo hagan a través de explotaciones viables que aseguren el futuro de la agricultura, porque somos conscientes de que las ayudas no aseguran la viabilidad futura».

A este respecto, incidió en la necesidad de potenciar la formación de los jóvenes a fin de posibilitar su conversión en un agricultor profesional así como la viabilidad del proyecto emprendido.

En este sentido, Lambán recordó que la formación y la I+D+i vinculadas al sector agropecuario son cada día «más importante porque el agricultor es también cada día más un gestor administrativo y un operario de maquinaria tecnológica cada día más avanzada, que requiere más conocimientos».

Insiste en que elimen los derechos históricos y los pagos por superficie dentro de la futura PAC

Destacó, además, que el Gobierno aragonés ha puesto en marcha una vía de Formación Profesional (FP) vinculada al sector agrario, medioambiental y agroalimentario que también ayudar a impulsar el relevo generacional.

Lambán explicó, asimismo, que uno de los retos de la actual legislatura es el futuro de la PAC, ante el anuncio del comisario europeo Phil Hogan de una posible merma de 3.600 millones de euros tras la salida del Reino Unido de la UE.

El objetivo de la administración es «primar» a los receptores de ayudas que más dependencia económica tienen de la agricultura, así como la productividad y la dimensión económica de las explotaciones, penalizando, además, la «improductividad» y la «ociosidad».

La propuesta aragonesa aboga por eliminar derechos históricos que generen desigualdades, los pagos por superficie, que, según el Ejecutivo regional, «hacen que cobren más ayudas quienes menos las necesitan», y el desacoplamiento de las subvenciones, las percibidas por personas que «ni cultivan nada ni cuidan ningún ganado».

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