EFE.- En una reunión con los medios de comunicación, Sarasola ha explicado que, para el Gobierno autonómico, era “fundamental” la recuperación de esta laguna, ya que se encuentra dentro del Parque Regional del Sureste, “una de las zonas geográficas más protegidas” de la región, y también forma parte de la Red Natura 2000. Con este proyecto, la Comunidad pretende conseguir tanto la descontaminación de la balsa y sus suelos como la restauración de la parcela en la que se halla para que pueda volver a ser de uso público, como una laguna más de las 123 con la que cuenta este Parque Regional. La balsa fue una gravera en los años 70, hasta que en 1989 la empresa Aceites Ulibarri y Piqsa (disuelta en 1995) inició un vertido incontrolado de aceites usados, lo que ha acumulado un volumen de 50.000 metros cúbicos de residuos y otros 70.000 metros cúbicos de suelos contaminados. Sarasola ha explicado que, en 2009, la Comunidad de Madrid adquirió el terreno por 50.000 euros y, desde entonces, se han barajado varias opciones para proceder a la recuperación de la balsa. El responsable de Medio Ambiente de la Comunidad ha informado de que se ha optado por acometer una restauración “integral” de la laguna y proceder a extraer el aceite, por lo que ya hay técnicos de la empresa Tragsa trabajando en la zona y acondicionándola. Para el mes de octubre de este mismo año, la Consejería espera sacar a información pública el proyecto y, posteriormente, hacer la correspondiente declaración de impacto medioambiental, por lo que estima que las obras comiencen en el segundo semestre de 2014, con una duración aproximada de unos cinco o seis años. Sarasola ha señalado que el proceso “tiene una enorme complejidad” y que en él, además de Tragsa, participarán la empresa Imidra, la Universidad Politécnica de Madrid y la ONG Seo/Bird Life. En cuanto al presupuesto, ha manifestado que será de 14,5 millones de euros, de los cuales se ha mostrado “convencido” de que la Unión Europea, a través del Programa Life +, aportará un 50 % siempre que sea un proyecto innovador. En opinión del consejero, este requisito se cumple porque la solución por la que ha optado la Comunidad significará que, dentro de un espacio protegido, se saque todo el aceite y toda la tierra contaminada, lo que, a su juicio, ayudará a encontrar una forma para establecer un protocolo de actuación ante futuros vertidos de aceites o catástrofes naturales similares.

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