El Salón Alimentaria afronta a partir de este lunes su 22ª edición en Barcelona con más de 4.800 empresas participantes y se compara en importancia con el Mobile Word Congress, al mismo tiempo que rehuye del conflicto político que se vive en Cataluña.

«Las empresas del sector reconocen Alimentaria como plataforma en clave nacional y con un ADN internacional, y por esa credibilidad de más de 40 años no han dudado en revalidar su confianza y apoyarnos», asegura en una entrevista con Efeagro el director general de la feria, Toni Valls, quien cifra la fidelidad de los participantes en torno al 70%.

Valls reconoce que Cataluña no vive «un momento político tranquilo» y subraya que, en términos de negocio, cuantas menos «distracciones e injerencias políticas» mejor, aunque descarta cualquier hipótesis de salir de la Ciudad Condal -la entidad Fira de Barcelona es la única accionista de Alimentaria Exhibitions-.

El desafío es reducir la dependencia de la UE, que todavía concentra dos terceras partes de las ventas internacionales

«Es verdad que nos hemos encontrado con casos aislados de gente que no ha entendido que Alimentaria es una plataforma ajena a esos movimientos políticos», admite el director general, quien recuerda sin embargo que el ritmo de inscripciones aumenta a un ritmo un 20% superior al de la anterior edición, celebrada en 2016.

Además, cuentan con la participación de más de 4.800 empresas -«muy por encima del Mobile»-, que se distribuirán por los ocho pabellones del recinto ferial de la Ciudad Condal.

«Somos casi tan importantes como el Mobile, por lo menos en dimensión, y en algunos parámetros incluso lo superamos. Estamos entre los tres grandes certámenes alimentarios del mundo junto a SIAL en París y Anuga en Colonia», asegura Valls, tras incidir en que la feria pretende ayudar a las compañías a mostrar su apuesta por la innovación y la exportación.

El Salón ejerce de «socio estratégico» de la industria alimentaria en su salida al exterior desde 1998 y cobró más importancia durante la crisis económica, cuando el sector «tuvo la necesidad de nuevas vías para dar salida a sus productos» por la caída del mercado nacional.

«Hemos llegado tarde a los mercados exteriores y por necesidad, por eso otros países como Italia, Francia o Alemania nos llevan ventaja», señala Valls.

El desafío, ahora, es reducir la dependencia de la Unión Europea (UE), que todavía concentra dos terceras partes de las ventas internacionales.

En su opinión, esta industria «se ha profesionalizado muchísimo en los últimos 15 años», al calor del trinomio formado junto a la popularidad de la gastronomía española y su consolidación como destino turístico.

La principal novedad este año -el Salón nació en 1976 y tiene carácter bianual- es la celebración conjunta de Alimentaria con Hostelco, una feria centrada en el mundo de la hostelería, a los que se suman congresos sectoriales sobre aceite de oliva, carne, vino, conservas, lácteos y producto halal, entre otros.

«Somos los más innovadores y los que mejor nos hemos adaptado a los cambios para entender las necesidades del sector»

«Lo más diferencial de nuestra feria es el modelo, ya que optamos por un plan transversal en el que figuren la industria, la distribución, la hostelería, la restauración, la gastronomía… Somos los más innovadores y los que mejor nos hemos adaptado a los cambios para entender las necesidades del sector», afirma Valls.

Confía en el «éxito» del modelo, para lo que se hará una evaluación posterior sobre la que se profundizará para mejorar su diseño e «incorporar nuevas áreas de tendencia y nuevas actividades que refuercen esa alianza» clave para la economía española entre alimentación, turismo y gastronomía.

Alimentaria Exhibitions también ha decidido salir fuera como feria y está presente en Portugal y México, tras dejar atrás sus experiencias en Argentina y Brasil.

«Tenemos muchos novios, pero no siempre vemos clara la oportunidad. Además, el consejo de administración tiene que aprobar la inversión, y normalmente no es hasta el quinto año que ves rentabilidad. No todos los consejeros ven con buenos ojos la salida al exterior, y a veces es mejor no distraer recursos y consolidar el proyecto de Alimentaria y Hostelco en Barcelona», argumenta.

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