Cañete mostró su rechazo a establecer un impuesto a esta bebida porque “se está reduciendo el consumo del vino en España” y para poder competir con otros países que no cuentan con este tributo.

   En cualquier caso, Cañete respondió al diputado socialista Alejandro Alonso, en su interpelación sobre la política agraria y pesquera desarrollada por su departamento, que el informe de Lagares ha sido elaborado por “renombrados” técnicos, pero que el Gobierno “tomará sus decisiones” sobre sus planteamientos.

   En este sentido, reprochó que desde la oposición se dé “por supuesto” que “todo” lo propuesto en el informe de los expertos “va a salir”, cuando el Ejecutivo abordará estas propuestas ponderando factores políticos, sociales y de coyuntura económica.

A ninguna de las OPAS les gusta la idea

     Desde ASAJA, José Ugarrio ha recordado que las noticias son contradictorias porque hay quienes apuntan que el presidente Rajoy no quiere tocar los impuestos al vino que el comité de expertos sobre tributación defiende en sus recomendaciones.

     Comenta, asimismo, que "el sector no está por la labor" de que se ponga en marcha un impuesto al vino porque "sería nefasto" para el medio rural, los pueblos y las familias que viven del viñedo.

    "En otras ocasiones lo han intentado (aplicarlo en España), pero el sector siempre ha trabajado conjuntamente para que no se produjese" esa carga impositiva al vino -recuerda-, un alimento clave además de la dieta mediterránea.

     "Consideramos que el Gobierno y el Ministerio no debe llevar a cabo la recomendación" del comité de sabios, apostilla Ugarrio.

     Recuerda que el consumo de vino "está cayendo año tras año" en España, por lo que una tasa al vino "sería nefasto" y "habría que cerrar muchas industrias, cooperativas, bodegas, habría menos puestos de trabajo y salarios".

     "Los agricultores y la industria bodeguera ya pagan sus impuestos y, una tasa recaudatoria de estas características, lograría una cuantía de dinero escasa para el perjuicio que provocaría" para todo el sector vitivinícola, concluye.

COAG lo ve "absolutamente negativo"


      El responsable técnico del sector vitivinícola de COAG, Carlos Mateos, afirma que un gravamen al vino sería "absolutamente negativo" y recuerda que Francia, donde desde hace tiempo se aplica un canon a este mismo producto -el único gran productor que lo hace-, lo justifica por la necesidad de elaborar datos estadísticos, por lo que no es una medida pensada para recaudar más en ese país.

     Subraya que todos los países productores de vino importantes coinciden en "su política de no poner impuestos alcohólicos al vino", entre ellos Italia, Portugal y Alemania, conscientes de que es un sector "primordial para la economía agraria".

    Incluso en Francia, añade, la tributación es menor que en España, al tener un 19,6% de impuesto sobre el valor añadido (TVA).

     Recuerda que la ley nacional de la viña y el vino considera al vino como un alimento, y por tanto, rechaza más presión fiscal.

     El vino tributa al 21% en la venta al público, salvo en la restauración, que lo hace al 10 %, detalla este portavoz de COAG, que avisa de las repercusiones negativas que tendría para el consumo interno -que cayó un 5 ó 6% anual en la última década; sólo 20 litros per cápita ahora- y para la competitividad internacional.

    "Sería como dar la puntilla al sector", en un momento en el que parece -agrega- que deja de caer el consumo interno por fin.

UPA tacha de "reduccionista" la propuesta


    Fuentes de UPA han coincidido en remarcar su "absoluto rechazo" a que el vino pueda considerarse por el Gobierno "como una bebida alcohólica al uso y sea gravado con un impuesto"

    Ha llamado la atención sobre las implicaciones socioeconómicas que tendría una medida de estas características, y tachan de "reduccionista" la propuesta que otros Gobiernos han intentado pero que siempre ha sido descartada por el rechazo del sector.

   UPA recuerda que "millones de personas viven del mundo del vino y la viticultura" directa o indirectamente y matiza que las implicaciones económicas "serían tremendas".

"No tiene ningún sentido" imponer un nuevo tributo al vino y, de hecho, "no creemos que se vaya a implantar en España", concluye.

La FEV insiste en quele falta rigor


    La Federación Española del Vino (FEV) dijo esta semana que la propuesta "carece del rigor necesario ante una cuestión de tal envergadura, ya que se sostiene sobre una débil argumentación".

    Con el impuesto cero actual, el consumo en España "roza mínimos históricos, a la cola de la mayoría de los Estados Miembros", dice.

     En opinión de las empresas del vino, no se trataría de un impuesto finalista, ya que su recaudación no tendría repercusión para mitigar el "coste social" que el consumo puede ocasionar.

     Por otra parte, el gravamen que aplica Francia al vino -según datos de la FEV, es de 3,72 euros por hectolitro para el vino tranquilo y de 9,23 euros para el vino espumoso- existe desde hace más de tres décadas y no tiene carácter recaudatorio, aunque en el último año ha sufrido un incremento testimonial.

    
(Foto: Archivo www.huffingtonpost.es)

 

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