Desde el pasado día 1 de marzo, todas las fincas de pastos arbolados de la provincia de León, que se pueden consultar en el Sigpac (Sistema de Identificación Geográfica de Parcelas Agrícolas), figuran con un coeficiente de admisibilidad de pastos, el cual tiene  como finalidad reducir la superficie utilizable a efectos de las ayudas de la PAC descontando el terreno que se supone que no es apto para el aprovechamiento del ganado por su elevada pendiente, su superficie rocosa, o sobre todo por tener masas arbóreas o arbustivas.

     El pasado lunes, ASAJA en nota de prensa denunció que más del 50 por ciento de la superficie de pastos quedaría fuera de uso con esta nueva normativa. Pero al parecer, hasta la previsión de ASAJA se quedó corta, pues "extraoficialmente se ha indicado que es un 57%. De esta forma, de las 155.000 hectáreas que se declararon el pasado año como utilizadas por el ganado, de pastos arbustivos, este año únicamente se podrán utilizar 67.500, lo que supone un duro golpe para la ganadería de montaña de la provincia", indica la organización agraria.

Deben ser las corporaciones las que se movilicen, ya que los ganaderos no son los propietarios

    ASAJA recuerda que el ganadero poco puede hacer ante esta situación, pues no es dueño sino arrendatario de los pastos, por lo que han de ser los presidentes de las juntas vecinales y los alcaldes de los ayuntamientos los que exijan soluciones reales e inmediatas a la Junta de Castilla y León.

      Esta reducción de la superficie de pastos afectará a las ayudas del llamado “pago base”, las “ayudas acopladas” que exigen además de cabezas de ganado un superficie forrajera acorde a las mismas, las ayudas agroambientales como la de “pastoreo extensivo” y las “ayudas a zonas desfavorecidas de montaña”.

    ASAJA ha trasladado este problema a la consejera de Agricultura Silvia Clemente, en el trascurso de un encuentro informal, y le ha manifestado la preocupación por el daño que la medida va a ocasionar a los ganaderos de montaña.

     Hay que recordar que en estas zonas, "donde se vive en condiciones difíciles como bien ha quedado de manifiesto tras la temporada de fuertes nevadas, la ganadería es prácticamente la única actividad económica, la que asienta población y la que contribuye a que se mantenga todavía algún signo de vida en muchos pueblos", recuerda la organización.

(Foto: Archivo)

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