Ha recordado que España sigue vendiendo mucho aceite de oliva a granel, "pero en lo importante, en lo que lleva de implícito la pregunta de que España no sabe hacer las cosas bien, ya no lo es".

    A su juicio, "nuestras marcas hoy brillan en los mejores lineales del mundo entero, con las mejores presentaciones y unas calidades excepcionales" y "si alguna vez tuvimos una asignatura pendiente, que se sepa alto y claro que España y, con ella todo el sector, desde el primero al último, ya la ha aprobado con nota".

    Hoy España, si bien sigue exportando a granel a Italia porque ésta es deficitaria por su baja producción, vende ya aceite de oliva "con valor" a países como China, India, Rusia, África de Sur, América Latina y resto de Asia y Oriente Medio, siendo líder en ventas de envasado con marcas españolas con absoluta contundencia.

    Repasando la Historia, Pont precisa que los italianos fueron los responsables de la expansión del aceite tras sus grandes oleadas de emigración a principios del siglo XX, momento en el que implantaron su cultura gastronómica donde fueron y, con ella, el aceite.

    A principios de los años 80 del siglo pasado, también Italia, dada su implantación comercial en Europa Occidental y EEUU, supo rentabilizar el incremento del consumo fuera del Mediterráneo.

    Pero a mediados y finales de los 80, cuando España se integra de pleno derecho en la Unión Europea, las cosas cambian y "emerge con toda su fuerza y sin ningún complejo, para conquistar mercados en el mundo entero, hasta llegar a la espléndida realidad de hoy".

    "España ya tiene un lugar de privilegio en la liga mundial del aceite de oliva", remarca Pont.

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