Precisamente este cambio del ciclo biológico del cultivo, que están ejecutando varios agricultores de la provincia, le ha valido este año al vicepresidente de Asaja-Cádiz, Pedro Gallardo, para hacerse con el Premio Europeo Joven Agricultor Innovador que se concedió en febrero.

Beneficios de este cambio de manejo en el girasol

     La recogida temprana que ha comenzado ahora en la provincia es una consecuencia de la siembra temprana y cuenta con muchos beneficios, además del natural de ser los primeros en poner en el mercado un producto, como conseguir que las fincas de secano lleven tres años consecutivos con producciones medias iguales a las de una finca de riego, con unos rendimientos medios superiores a 2.100 kg/ha, dato significativo porque duplica la media del secano para España y Andalucía.

     Asimismo, el aumento de producción está trayendo consigo a la provincia un aumento de la biodiversidad autóctona con mayor presencia de especies como perdices, palomas, jilgueros… que no sólo ven en el cultivo un alimento apetecible sino que también lo consideran una zona de nidificación y reproducción mucho más segura al contar con una cubierta vegetal. Al cambiar el ciclo del cultivo y al adelantarlo, los agricultores han propiciado una zona más protegida para las parejas de estas especies silvestres, que antes elegían parcelas de cereal para su apareamiento y cría, y ahora, prefieren nuestras parcelas de girasol.

     En cuanto a sostenibilidad medioambiental, este sistema de manejo, ha logrado reducir la necesidad de la utilización de herbicidas de una forma natural, el proceso que se ha dado en la finca es el siguiente: Al aumentar el número de plantas por hectárea se ha disminuido el espacio para la posible nascencia de malas hierbas, que desprovistas de la luz y nutrientes necesarios, no llegan a prosperar. Al no tener que utilizar aplicaciones de herbicidas en post emergencia, se ha reducido el coste de este input que supone unos 50 euros por hectárea al tiempo que se ha logrado una mejor sostenibilidad para el entorno.

El adelanto mejora los recursos hídricos

      Asimismo, el adelanto en las fechas de siembra ha posibilitado una mejor optimización de los recursos hídricos, ya que la planta tiene a su disposición toda la lluvia que se precipita desde enero a mayo, opción de la que no dispone si la siembra se produce en el periodo habitual –cabe recordar que en Andalucía difícilmente llueve a partir de la segunda quincena de mayo, con lo cual este adelanto en las fechas de siembra hace posible que el cultivo tenga cubierta sus necesidades hídricas durante su ciclo vegetativo.

     En términos de consumo hídrico y, a modo orientativo, el girasol convencional de riego consume 1.200 M3 por hectárea, consumo que, en este caso, se está ahorrando. Al final, se consigue imitar las condiciones de un cultivo de riego de una forma natural y, por lo tanto, sin tener que incurrir en dichos costes y con el consiguiente ahorro de agua y energía. Por ejemplo: Los costes energéticos en girasol de riego, suponen entre 80 y 100 euros por hectárea, costes que se están ahorrando

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