"Debemos estar abiertos a los argumentos de la ciencia", señaló el primer ministro del Reino Unido, donde se han desarrollado pruebas a pequeña escala con plantaciones transgénicas, si bien su uso general está vetado.

    En este país está permitida la importación y venta de ciertos alimentos modificados genéticamente, aunque la mayoría de las grandes cadenas de supermercados evitan incluirlos en los productos de su propia marca debido a las dudas que despiertan entre los consumidores.

    Los defensores de los cultivos transgénicos sostienen que esas técnicas permiten aumentar el rendimiento de las plantaciones y reducen la necesidad de utilizar pesticidas.

    En el evento en Londres, Cameron anunció la creación de un premio dotado con un millón de libras (1,17 millones de euros) para fomentar la innovación.

    "Hay muchos problemas en el mundo que requieren soluciones sorprendentes, ya sea la cura para la demencia, resolver el problema de la diabetes o volar del Reino Unido a Nueva York sin dejar una huella de carbono", afirmó el primer ministro.

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