Se trata de áreas que se caracterizan por una significativa limitación de las posibilidades del uso de la tierra y un incremento considerable de los costes de trabajo por la existencia, debido a la altitud, de condiciones climáticas muy difíciles, y las consecuencias de acortar el periodo de cultivo.

     En altitudes más bajas, destaca la presencia de pendientes demasiado escarpadas para el uso de maquinaria o que requieren el empleo de equipos especialmente costosos, y problemas de accesibilidad, o una combinación de estos factores.

     Las zonas no montañosas que se acogen a estos créditos están afectadas por importantes dificultades naturales, especialmente la escasa productividad de las tierras o condiciones climáticas adversas, o por otros inconvenientes específicas.

     En definitiva, estos fondos sirven para promover el desarrollo sostenible de las tierras agrícolas, mantener la actividad agraria en zonas rurales y fijar la población en el medio rural, evitando así el proceso de abandono de estas tierras y los consiguientes procesos erosivos, e incentivando las producciones locales.

(Foto: Archivo www.elperiodicodecanarias.es)

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