Durante su intervención, el titular del Departamento indicó que la situación económica, tanto a nivel del Estado como de la Comunidad Autónoma, ha ocasionado que desde el año 2007 hasta la actualidad se haya primado, tanto por el Estado como por la Comunidad autónoma el mantenimiento de los servicios básicos lo cual ha derivado en una indeseada disminución de efectivos investigadores y de recursos económicos para llevar a cabo proyectos de I+D.

Colaboración del ICIA con universidades y centros de investigación

 

   “Cabe señalar que las directrices marcadas por el Estado en los presupuestos generales del Estado, que impiden a los organismos públicos cubrir las plazas que quedan vacantes por jubilación, sumado a la finalización de contratos en prácticas, el personal con funciones científico-técnicas ha pasado, de 59 en 2007 a25 a finales de 2013”, comentó el miembro del Ejecutivo.

    Sin embargo, además de los proyectos que se ejecutan directamente por el ICIA, investigadores del Instituto participan en los equipos de otros cinco proyectos que llevan a cabo universidades y/o otros centros públicos de investigación. Además, existe un número de actividades de conservación de recursos genéticos, análisis y diagnóstico, etc.

    Aunque el personal investigador continúa esforzándose para lograr proyectos en el marco de convenios de colaboración con empresas, el número total de proyectos de este tipo también tiende a decrecer, dada la complicada situación económica en la que se encuentran buena parte de las empresas y asociaciones del sector agrario.

    En el presupuesto del 2013, dos estudios del ICIA (proyecto VITIS y BIOMUSA) sufrieron reducciones importantes, sin embargo, el Gobierno de Canarias cree que la agricultura sigue siendo una actividad fundamental en la economía de Canarias; nadie puede ignorar su importancia estratégica y, por tanto, la necesidad de disponer de instrumentos que permitan su evolución y adaptación continua a los cambios socioeconómicos que se producen”, destacó el consejero.

    Para ello es aconsejable disponer de instrumentos que aseguren nuevos conocimientos y prácticas (I+D+i) y, asimismo, otros que permitan controlar la calidad y trazabilidad de los alimentos.

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