El grupo de trabajo va a diseñar una estrategia para frenar el avance de esta especie en Cantabria, que se va a basar en el documento que ya ha elaborado el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para perfeccionar los sistemas de detección y control de esta avispa.

"Si han venido a quedarse, haremos su estancia lo más incómoda posible"


     Así se incluye planes de vigilancia y control, que coordinará el 112, medidas de formación para los apicultores, y difusión entre el sector ganadero y la población en general.

     "Estoy convencida de que 2015 va a marcar un antes y un después en la afección de esta especie. Si la avispa asiática ha llegado para quedarse, como predicen los técnicos, debemos ser capaces de hacer su estancia lo más incómoda posible", ha afirmado la consejera, según informa en nota de prensa el Gobierno cántabro.

     Blanca Martínez ha reconocido el problema que supone la llegada de esta especie a la cornisa cantábrica como ha ocurrido en Francia, y ha asegurado que "entre todos" se tiene la responsabilidad de atajar lo que supone esta avispa, que mata a las abejas.

     La consejera ha trasladado al sector su apoyo y el del Gobierno para intentar erradicar la avispa, aunque reconoce que va a ser "difícil", pero ha considerado que "entre todos" se puede mantenerla bajo control y minimizar su impacto.

     Ha recordado que la apicultura es un sector "indispensable" para avanzar en el desarrollo de la industria agroalimentaria regional, y ha añadido que más ahora que se cuenta con las denominaciones de origen de la miel de Campoo-Los Valles y de Liébana.

Un peligro no sólo para las abejasm, sino también para la avispa europa y la vid


     Además la consejera ha explicado que esta especie supone un problema para la biodiversidad, porque no solo mata insectos y artrópodos autóctonos, si no compite con la avispa europea e, incluso, puede afectar a la polinización y ocasionar daños en la fruta madura, especialmente la uva. "De ahí que haya que actuar", ha apostillado.

     Según explica el Gobierno, la Vespa Velutina, de origen asiático, fue descubierta por primera vez en Europa en el suroeste de Francia, a finales de 2005, a donde se cree que fue traída desde la región de Yunnan (China) en una importación accidental de alfarería hasta el Puerto de Burdeos.

    A partir de entonces ha colonizado buena parte del territorio francés, y parte de Bélgica, y llegó a España en 2010 por Irún (Guipúzcoa).

     A partir de entonces, hay noticias de su presencia en Navarra, La Rioja, Cataluña o Aragón. En el norte de Portugal y Galicia se detectaron los primeros ejemplares en 2012; y en 2014 en Asturias, lo que indica la rápida progresión de la expansión de la especie invasora (se estima su avance en 80 kilómetros por año).

     El primer indicio de la presencia de ‘Avispón Asiático’ en Cantabria, tiene lugar el 18 de septiembre de 2013 con la captura de ejemplares en el entorno de un colmenar de Ojebar (Rasines), que son remitidos al Centro de Investigación y Formación Agraria e identificados como Vespa Velutina.

     A partir de ese momento y hasta la actualidad, la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural ha tenido conocimiento de la presencia en Cantabria en 19 localizaciones, 10 de ellas en la comarca oriental (Guriezo, Ruesga, Castro, Voto y Rasines, Valle Villaverde) y el resto diseminadas en la zona centro.

     En cuanto a la detección de nidos, se han localizado 4 nidos vacíos a principios de 2014, y 3 con actividad desde agosto hasta hoy. Las comunicaciones se han efectuado tanto por apicultores particulares y representantes de sus asociaciones, como por los agentes del medio natural de la Dirección General de Montes y Conservación de la Naturaleza.

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