Sin embargo, dentro de la normativa "no se requiere comprobar esta sustancia, que "en tal caso podría provenir de la alimentación" del animal, pero "Sanidad no tiene constancia de ello y además está prohibida en Europa", ha añadido.

      Fuentes del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad consultadas por Efe, detallaron que el Departamento tampoco tiene ninguna notificación al respecto. En el mismo sentido, se pronunciaron fuentes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) consultadas por Efeagro.

     El Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera (SIAG) indicó ayer que había hallado ractopamina en un partida de carne vacuna española, según su director, Serguéi Dankvert.

      Se trata de la primera vez que las autoridades veterinarias rusas detectan muestras de ractopamina (un fármaco para estimular el crecimiento muscular en reses) en productos cárnicos procedentes de la Unión Europea.

Un sistema de ‘acusación’ muy habitual en Rusia


      Al margen de que se acabe aclarando todo este incidente, lo cierto es que las autoridades rusas suelen ser muy aficionadas a filtrar y acusar a los distintos países de incumplir normas sanitarias para frenar la exportación o para lograr otros intereses políticos, como puede suceder ahora con las sanciones de la UE y EEUU contra este poaís por el conflicto con Ucrania.

      De hecho, curiosamente, el Servicio ruso de Inspección Agrícola y Ganadera (SIAG) anunció la prohibición de importar soja, maíz y girasol de Ucrania, medida que entrará en vigor mañana.

     El jefe del departamento fitosanitario del SIAG, Alexandr Isáev, explicó que la parte ucraniana ya había recibido varias advertencias sobre posibles restricciones, pero que nunca llegó a tomar medidas para subsanar el problema.

     En particular, las autoridades fitosanitarias rusas aluden a la presencia de semillas prohibidas entre la producción agrícola ucraniana. Al parecer, Ucrania también declinó celebrar consultas sobre este asunto, por lo que con el fin de defender el territorio ruso de semillas tóxicas y malas hierbas, decidió prohibir la importación de los citados productos ucranianos.

      La prohibición podría afectar en un futuro a la cebolla ucraniana, ya que los expertos rusos encontraron en una partida presencia de nematodes.

      Rusia comenzó a introducir restricciones al comercio con el vecino país en la segunda mitad de 2013 cuando éste comenzó a negociar la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que Moscú consideraba pernicioso para sus intereses comerciales.

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