Castilla y León ha sido la autonomía española que ha obtenido los rendimientos inferiores en las cosechas de trigo como consecuencia de la sequía en 2017 y el País Vasco ha logrado los más altos, según la encuesta difundida este miércoles 16 por la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (Aetc).

La Encuesta de Calidad de los Trigos Españoles de 2017 de la asociación detalla que la falta de lluvias ha reducido la producción triguera en la campaña actual, pero también ha tenido consecuencias cualitativas, especialmente en el centro y en el norte de España.

El estudio resalta los «efectos severos» de las condiciones meteorológicas en todas las zonas productoras, si bien la «peor parte» se la ha llevado Castilla y León, autonomía donde se concentra la mayor superficie dedicada a ese cultivo.

Los rendimientos del trigo blando castellanoleonés (1,75 toneladas/hectárea) fueron «malos», un 23% inferior a la media española

Aetc ha precisado que, en el caso de trigo blando, la superficie se redujo un 8,1 % respecto a la campaña anterior, hasta 1.672.045 hectáreas, y la producción se situó en 3,7 millones de toneladas.

Castilla y León mantiene su posición dominante, con el 50 % de la extensión nacional dedicada a ese cultivo (851.196 hectáreas) y el 39 % de la producción global, lo que supone «una notable diferencia» respecto a la campaña anterior, cuando su cuota fue del 57%.

Los rendimientos del trigo blando castellanoleonés (1,75 toneladas/hectárea) fueron «malos», un 23 % inferior a la media española, situada en 2,26 toneladas/hectárea.

Castilla-La Mancha también obtuvo rendimientos por debajo de la media nacional (1,86 toneladas/hectárea).

Por lo contrario, el País Vasco fue la autonomía con mejores rendimientos en trigo blando (6 toneladas/hectárea), seguida por Navarra (4,77 toneladas/hectárea).

En el caso del trigo duro, la superficie nacional creció un 4,9 %, hasta las 424.021 hectáreas, con reducciones de superficie en Andalucía (-2 %) y Extremadura (-9 %), y aumentos significativos en Castilla-La Mancha (60 %), Castilla y León (80 %) y Aragón (17%).

Andalucía cultiva el 63,5% de la superficie total sembrada de trigo duro y, pese a la sequía a final de invierno y principios de primavera, las lluvias llegaron a tiempo para conseguir una cosecha media de 3,1 toneladas/hectárea; su contribución a la cosecha nacional superó el 68%.

«Un año más, la calidad de los trigos es muy desigual, según el clima y las variedades cultivadas en cada zona»

El rendimiento medio nacional de la cosecha de trigo duro fue de 2,9 toneladas/hectárea, solo superado por Andalucía y Navarra (3,57 toneladas/hectárea).

En este cultivo, obtuvieron los peores rendimientos Extremadura (2,18 toneladas/hectárea) y Castilla-León (2,38 toneladas/hectárea).

El coordinador de la encuesta, Ignacio Solís, ha declarado que «un año más, la calidad de los trigos es muy desigual, según el clima y las variedades cultivadas en cada zona».

En el sur, la de los trigos duros ha sido mejor por la reconversión varietal de los últimos años y por unas condiciones climáticas adecuadas en la parte final del ciclo de cultivo.

Pero en el norte, los trigos blandos «sufrieron por la sequía durante el invierno y la primavera, y su calidad ha sido baja debido al peso específico y a la degradación», según Solís.

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