Todas ellas, menos Andalucía, han pedido a las autoridades ministeriales que la futura norma no incluya el porcentaje de factor racial (pureza) dentro de la denominación de venta, aunque sí en el etiquetado "porque hay que informar al consumidor", ha sostenido Pascual.

   De no prosperar esa alegación, perjudicaría a las cuatro autonomías restantes en beneficio del ibérico puro de bellota que principalmente comercializa Andalucía.

   El Ministerio "no se puede cegar por unos pocos, por una minoría purista que ya tiene, por otra parte, su propia denominación diferenciada", ha denunciado la viceconsejera antes de lamentar la actitud del director general, quien se ha limitado "a escuchar sin más, sin presentarnos ningún documento definitivo, ni comentar las propuestas y alegaciones" efectuadas durante las últimas reuniones.

   "Hay que informar al consumidor: sí, pero en el etiquetado, no en la denominación de venta, ha insistido la representante de Castilla y León, molesta, "sorprendida" por esa actitud, según sus propias palabras, y que no quiere pensar que mañana, en el Consejo de Ministros, la norma sea aprobada con carácter definitivo.

   "Sería un error. Igual daría quince días más que menos porque el real decreto -sobre mecanismos de control, pureza y periodos transitorios para adaptación a la norma- afectará ya a la próxima campaña porque la actual ya ha finalizado", ha comentado.

   María Jesús Pascual ha recordado al Ministerio que si quiere consenso respecto a la norma del ibérico, no basta con reunir a las partes afectadas y escucharlas, sino que es preciso "hacer caso a la mayoría": cuatro comunidades frente a una y también a la mayor parte de la industria, agrupada en Iberaice, que representa al noventa por ciento del sector con más de trescientas empresas vinculadas.

   Castilla y León "debe mostrarse necesariamente reivindicativa porque aquí producimos el 35 por ciento del cerdo ibérico en España, y sacrificamos y transformamos el setenta por ciento" del total, ha recordado.

   La viceconsejera, por tanto ha considerado fallida esta reunión y advertido del riesgo que supone, especialmente en estos tiempos de crisis, la aprobación de una normativa que beneficia a un porcentaje muy exiguo de un sector, el porcino ibérico, "que tanto nos ha costado forjar entre todos".

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