Durante la última campaña de caza, han sido capturados un total de  32.638 ejemplares en Cataluña, un 9,9% más que en la temporada del año anterior, cuando se cazaron 29.696 animales de esta especie.

   Las zonas de presencia más conflictiva de jabalíes se sitúan en Barcelona (sierra de Collserola), en la ciudad de Lleida, en zonas del Pallars y en el Parque dels Aiguamolls del Empordá, entre otros lugares donde los jabalíes causas daños a la agricultura u ocasionan problemas de seguridad, sobre todo en el tráfico.

   Según el departamento de Agricultura, los jabalíes se han convertido en un problema en todas aquellas zonas donde hay una superficie importante de bosques, hasta el punto de que para poder desarrollar una actividad agrícola es prácticamente imposible hacerlo sin algún tipo de protección específica.

   El maíz es uno de los cultivos más afectados en Cataluña por los jabalíes, por lo que algunos agricultores de las comarcas de montaña, como el Solsonés o el Alt Urgell, han optado por cercar sus cultivos con vallas metálicas.

   Los jabalíes también perjudican las producciones de trufas y son los causantes de la práctica desaparición en muchas zonas catalanas de la trufa salvaje, por la que estos animales sienten una especial predilección.

   Estos animales también están causando daños en las viñas de las comarcas vitivinícolas de Cataluña y suelen romper las ramas más bajas de los árboles que producen frutos secos en las comarcas tarraconenses.

   También es habitual que arranquen los sistema de riego por goteo instalados en las fincas agrícolas y se ha detectado que en la producción agraria ecológica, donde no están permitidos los fertilizantes químicos, el estiércol y otros fertilizantes naturales atraen a los jabalíes y se agravan los daños.

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