Igualmente, son de obligado cumplimiento otros requisitos legales y reglamentarios que deben cumplir las explotaciones en materia de trazabilidad. Entre ellos destacan el registro y comunicación de datos a la base de datos Letra Q y no haber cometido infracción de carácter leve, grave o muy grave en materia de sanidad animal, cuyo procedimiento haya finalizado con sanción firme en vía administrativa en los 12 meses previos a la solicitud de reconocimiento en la norma de certificación.

    Además, este esquema de certificación contempla requisitos específicos, más rigurosos que los de obligado cumplimiento, entre ellos cumplir determinados criterios de calidad higiénico-sanitaria de la leche cruda de vaca, teniendo en cuenta las muestras válidas registradas en la base de datos Letra Q, y realizar el Control de Rendimiento Lechero Oficial. Asimismo, es necesario realizar una supervisión externa, con perioricidad máxima mensual, de todas las muestras recogidas en la explotación.

    El principal objetivo que se persigue con este esquema es el reconocimiento del esfuerzo de un elevado porcentaje de las explotaciones andaluzas de vacuno lechero, que consiguen y mantienen parámetros de calidad que superan los mínimos establecidos por la legislación vigente.

    Todo ello es el resultado de aplicar, de manera continuada, pautas de manejo y control técnico en el día a día de las explotaciones, con rigurosos protocolos de trabajo que se han traducido en la mejora de la calidad del producto y la seguridad alimentaria, así como en el incremento de bienestar animal en las explotaciones.

    Actualmente, Andalucía cuenta con una cuota de producción de leche de más de 440.000 toneladas repartida entre cerca de 700 explotaciones que, en su mayoría, cumplen los requisitos para acogerse a este esquema de certificación.

(Foto: www.adroches.org)

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