Y teme que, salvo sorpresas, no incluirá la venta a pérdidas como práctica comercial abusiva penalizada, apunta.

    "Queremos quemar el último cartucho para que los senadores tomen conciencia de que, con su voto, pueden garantizar un modelo de alimentación sostenible para todos los ciudadanos", apostilla.

    Reconoce que el proyecto legislativo avanza en el objetivo de reequilibrar la cadena alimentaria pero denuncia que, tal y como está, "no es la ley que nosotros queríamos ni la que necesita" el sector agrario para defenderse de la gran distribución.

    "Denunciamos que la leche no puede valer menos que el agua", explica Blanco, quien remarca que los paquetes que verán en la Cámara Alta procede de una cooperativa de ganaderos y contiene un producto de excelente calidad (calificada con la letra "Q").

    En el brick que entregarán el próximo martes a los senadores figura impreso un ticket de compra en un hipermercado, que indica que el litro de leche costó 0,49 euros, mientras que un litro de "Font Vella" salió por 0,56 euros.

    Ha criticado la "banalización" del producto que hacen las superficies comerciales de la leche y "el engaño" al consumidor, al que "captan" con estas ofertas gancho para atraerlos a sus establecimientos y les aporten beneficios, no por la adquisición del lácteo -producto con el que el híper perdería dinero- sino con los márgenes que aplican -argumenta Blanco- en el resto de productos.

Mantiene sus críticas a Competencia por no actuar


    La utilización de este "gancho" provoca una fuerte presión a los industriales lácteos que le suministran y que éstos transmiten al "eslabón más débil", el ganadero, que en su opinión corre peligro si finalmente la venta a pérdidas no se acota por la nueva ley.

    Actualmente, el granjero gana apenas 0,30-0,35 céntimos de euro por litro de leche, por debajo de la media de lo que se paga en otros países europeos y eso, pese a que España es deficitaria y consume 9,5 millones de toneladas de productos lácteos al año mientras que sólo produce 6 millones, ha argumentado.

    Según puntualiza, los costes de producción suponen 32-35 céntimos por litro, por lo que "es imposible vender a 0,49 céntimos en el lineal -después de pasar además por la transformación y sumando costes de logística y distribución- si no es "a pérdidas".

    Ha denunciado que la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) "está viendo esto y no actúa, lo que es escandaloso y muestra que el organismo no es eficaz".

    Ante este escenario, Blanco avisa que si no se adoptan medidas en el contexto de la nueva ley alimentaria, "en breve nos encontraremos sólo con leche francesa en nuestro desayuno".

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