La juez ha acordado además privar a los cinco hijos del empresario -Zoilo, José María, Javier, Álvaro y Pablo- además de a la administradora única de cualquier derecho que pudieran tener como acreedores.

     Nueva Rumasa presentó el 4 de abril de 2011 la solicitud de concurso de acreedores para Helados Dhul, que contaba con una fabrica de helados y productos de pastelería bajo la marca "Neiss" en la provincia de Zaragoza y que fue adquirida por el grupo en 2005.

Operaciones de tesorería sin operaciones comerciales reales


     En los fundamentos jurídicos de la sentencia, la juez explica que los demandados cometieron "irregularidades relevantes" en la sociedad, que de no haber sido "descapitalizada" por las actuaciones de sus administradores "podría haber sido rentable".

     La juez estima que en esta sociedad se efectuaron traspasos de tesorería a otras empresas de forma reiterada sin que respondieran a operaciones comerciales reales y en "varias ocasiones se maquillaban las cuentas bajo supuestos pagos por el uso de determinados bienes o servicios que eran claramente falsos".

     Asimismo, la juez también aprecia que se obligó a producir a Helados Dhul "casi en exclusiva" para empresas del grupo Clesa con un precio de venta que "muchas veces no cubría los costes" e incluso en "bastantes ocasiones" su importe ni siquiera era abonado.

Cuentas "maquilladas" con facturas falsas a empresas del grupo en Canarias


     Además, las cuentas anuales fueron "sistemáticamente maquilladas de forma consciente para dar la apariencia de unos resultados que eran siempre falsos con lo que se pretendía dar una imagen ante los bancos, aseguradoras y proveedores que permitiese seguir trabajando".

     "Esto se hacía por vía de facturaciones falsas a empresas del grupo generalmente de Islas Canarias para evitar problemas con el IVA", según la sentencia, que explica que "todo ello ha provocado la situación de insolvencia" de Helados Dhul.

     La sociedad era parte del entramado de empresas y sociedades que formaban todas el denominado grupo "Nueva Rusasa", cuya propiedad última era la familia Ruiz-Mateos, que eran los que dirigían establecían la política empresarial".

     La juez ha condenado a estas seis personas a que devuelvan los bienes o derechos que hubieran obtenido indebidamente del patrimonio del deudor o hubiesen recibido de la masa activa, así como responder solidariamente al pago de 5,2 millones de euros que responde al déficit concursal.

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