Como el chino Zeng Wang Huang, que engañó durante años a los nuevos ricos americanos, vendiéndoles vino de una procedencia distinta a la que indicaba, los productores alicantinos estamos observando con mucha sorpresa lo que está ocurriendo en Valencia. El Consejo Regulador de Utiel-Requena ha denunciado la situación nefasta que han creado cuatro suprabodegas, que se han hecho con el CRDO de Valencia. También la DO de Alicante se ha sumado a la protesta por poner a esta entidad, que debe representar a todo el sector productor, a su propio servicio. Juntos, han denunciado los hechos al Tribunal Superior de Justicia (TSJ). No es para menos, sólo han encontrado la callada por respuesta en la administración que debe representar por igual a las tres provincias de la Comunidad Valenciana, nuestra Conselleria de Agricultura. 

    ¿Qué se esconde detrás de esta absurda artimaña? Estas malas artes introducen confusión, distorsionan el mercado y rompen con la diferenciación de nuestras marcas protegidas. ¿Todo ello para qué, con qué objetivo? No me queda otra que pensar que pretenden bajar aún más el precio que perciben los empresarios agrícolas por obtener y vender uva de vinificación de la mejor calidad imaginable. Lo que quieren es vender, vender y vender; cobrar, cobrar y cobrar, presionando para pagar por debajo de los costes de producción para que les regalen la uva. ¡Menudo negocio!

    Los viticultores, cada día y pese a los muchos problemas, continúan demostrando su saber hacer, empeño y esfuerzo, los que ha permitido que los Vinos de Alicante cuenten cada día con más prestigio. Junto a los bodegueros, han conseguido que el catálogo alicantino se sirva en las mesas más selectas de los mejores restaurantes nacionales e internacionales. Prueba de esta afirmación la encontramos en la prestigiosa Guía Peñín de los Vinos de España 2014, que califica con más de 90 puntos 45 Vinos Alicante DOP.

    Que el centralismo valenciano genera rechazo es una verdad como un templo, pero algunos, de uno y otro color, siguen sumidos en la inopia. Las organizaciones valencianas continúan exigiendo que no se utilice una toma técnicamente viable y que no supondrá ningún problema para ningún río. Nunca nos quieren dar nada. Sólo barren para ellos. En el sector del vino, se han apropiado de nuestros municipios y comarcas productoras y continúan sin esgrimir ni mú. ¡Como si no tuviéramos suficiente con nuestros propios problemas como son los bajos precios en origen, la imparable subida de los costes de producción o las constantes normas que aprueban y que contribuyen a complicar aún más el que podamos desarrollar nuestro trabajo!

     Este salto cualitativo de ser líder en calidad y tener numerosas referencias entre los grandes vinos de España, es fruto del trabajo costoso y prolongado desarrollado por nuestros viticultores y bodegueros, que ha requerido de una adecuada estrategia y de un gran esfuerzo inversor en investigación, promoción e infraestructuras de modernización. Todo este proceso ha culminado en la consolidación de un nombre, una marca, una imagen que transmite calidad, equilibrio, tradición, cultura, proximidad al mar y arraigo a un territorio: Alicante.

    Viendo la gravedad de la situación, ha llegado el momento perfecto para que se produzca un posicionamiento expreso por parte de los regidores de esta autonomía. Que no se anden por las ramas y se limiten únicamente a publicar los Estatutos. Saben que su responsabilidad es mucho mayor. No se pueden contemplar municipios de la zona de producción de Alicante en el reglamento de Valencia. Alicante y Utiel-Requena tienen sus municipios y Valencia, los suyos. No caben duplicidades, ni chapuzas, estamos hablando de una DO que otorga protección internacional a una zona de producción concreta.

    No nos cansaremos de pedir lo que es justo, de seguir trabajando y bien. El crédito de nuestros caldos va a más. Ya no sólo en la crítica, sino entre gran número de restauradores y aficionados al vino de todo el mundo. Se inscriben nuevas bodegas, nuevas inquietudes, apuesta de agricultores y bodegueros por un producto personal y diferenciado. Y además una situación comercial que aguanta el “chaparrón” de una crisis del sector del vino que afecta también a otras. En fin, que nosotros y nuestros productos alicantinos siempre hacia delante, aunque intenten ponernos la zancadilla desde Valencia una y mil veces.

    El oscurantismo de las duplicidades se produce pese al gran prestigio histórico que ha tenido Alicante y que es envidiado por muchos. Este gran trabajo se ha desarrollado a lo largo de más de ocho décadas. Es y está siendo muy duro. Continuaremos, por nuestra parte y de manera conjunta, pero sin confundir al consumidor. Tampoco es que queremos ir sólo a la nuestra y, como en otros cultivos, buscamos la unión para ser más fuertes. Consideramos fundamental y oportuno que se sigan realizando acciones promocionales, actividades y otras iniciativas  de las 3 DDOO conjuntamente bajo el paraguas, colaboración y apoyo de la Consellería de Agricultura, pero este hecho no debe confundirse con la desnaturalización de una zona protegida y la destrucción de nuestra viva imagen.

    Si estoy tratando de defender la gran valía de nuestro producto es ni más ni menos porque existe cierto riesgo de que perdamos nuestra marca y los valores intrínsecos a ella. Incluso que se sitúe en una situación menos competitiva.  Después de tanto esfuerzo y tanta lucha, vuelven a plantearnos un nuevo problema, pero no vamos a consentir que perdamos nuestro nombre. Apostamos por un sector que sabe lo que quiere  y no se deja manipular por otros. Desde Alicante, nos mantendremos firmes frente a Valencia a ver si entienden que todos podemos ir de la mano, sin perder nuestros propios valores. Es compatible.

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