EFE.- La convocatoria del máximo órgano de planificación de la cuenca ha sido hecha por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a fin de que sus miembros se pronuncien en torno al contenido del Plan, que incorpora algunas de las propuestas recogidas en las 1.619 alegaciones recibidas por el documento durante los seis meses en que ha permanecido en exposición pública.

   Si el plan obtiene el apoyo del Consejo del Agua, será sometido un día después a la conformidad del Comité de Autoridades Competentes para, posteriormente, ser remitido al Gobierno, que se comprometió a tener aprobados todos los planes de cuenca de las demarcaciones intercomunitarias antes de final de año, informa la CHE en un comunicado.

   El Consejo del Agua del Ebro está compuesto por representantes de las distintas administraciones competentes, así como de los usuarios y de los agentes sociales.

   Sus 98 integrantes representan a la Administración central (15), a las comunidades autónomas de Aragón (12), Cataluña (6), Navarra (4), La Rioja (4), Castilla y León (2), País Vasco (2), Cantabria (2), Castilla-La Mancha (1) y Valencia (1), a entidades locales (3), a usuarios (32), a asociaciones agrarias (2), a ecologistas (2) y a agentes sociales (2).

   La convocatoria se produce un mes después de hacerse pública una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que anuló el decreto de la Generalitat de 2011 que facultaba al Ejecutivo catalán a desarrollar un plan de gestión de su cuenca fluvial interna.

   Según las mismas fuentes, que no hacen referencia a las diferencias entre Aragón y Cataluña respecto a la gestión de las cuencas internas de la zona catalana, el Plan Hidrológico del Ebro es un "plan de planes" que implica a todas las administraciones y usuarios en una gestión hidráulica basada en la "unidad de cuenca".

   El texto busca, además, un equilibrio entre la necesidad de garantizar el buen estado ecológico de la cuenca y las demandas actuales y futuras de los usuarios.

   Desde el Organismo de cuenca se afirma que la aprobación del plan no es sólo un requerimiento legal sino una "oportunidad social" ya que recoge los objetivos comunes de todas las comunidades autónomas implicadas a fin de lograr una gestión "más eficiente y sostenible" del agua.

   Aunque la propuesta ha sido redactada por la Confederación Hidrográfica del Ebro, su contenido es el resultado de una participación social "sin precedentes" que ha permitido recoger propuestas de todo el territorio de la cuenca, a través de más de 120 reuniones con más de 1.700 asociaciones durante las que se recibieron más de 7.000 comentarios y aportaciones.

   El plan se fija como horizonte que más del 85 por ciento de las masas de agua de la cuenca alcance su buen estado ecológico.

   A este respecto, las mismas fuentes aseguran que el punto de partida para la consecución de este objetivo, tras una fase de evaluación previa, indica que cerca del 70 por ciento de las masas de agua de la cuenca se encuentran en "buen o muy buen estado".

   El texto se compone de un cuerpo normativo formado por 108 artículos divididos en diez capítulos, un programa de medidas que define las líneas de trabajo vinculadas a la gestión hídrica, y una estimación de la inversión necesaria para garantizar el cumplimiento de los tres pilares básicos del plan.

   Estos pilares son el cumplimiento de objetivos ambientales, la satisfacción de las demandas actuales y futuras, y acciones para paliar los efectos de sequías e inundaciones".

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