"Al sector productor propiamente dicho, a los viticultores, nos dejan tan sólo la medida de la reestructuración y reconversión de viñedo", puntualiza García-Gasco.

    Por otra parte, ha resaltado que la nueva línea de inversiones, que no recogía el anterior programa, servirá a las comunidades autónomas para "sacar" este gasto que hasta ahora hacían -ya que cofinanciaban estas iniciativas a cargo de sus programas de desarrollo rural-, lo que beneficiará a regiones como la manchega.

    Con ello, se ahorrará un gasto a las arcas autonómicas porque lo asumirá el programa nacional que cofinancia al 50% UE y el sector.

    Apunta que el programa recoge apoyos a la reestructuración, aunque con algunos cambios y se da continuidad a la destilación de subproductos, mientras la promoción se amplía de 3 a 5 años.

Dudas sobre el montante que se destinará a este apoyo


    En el apartado presupuestario, ha recordado que España debe decidir antes del 1 de agosto si se traspasan alrededor de 143 millones de euros al pago básico de la nueva PAC o si, por el contrario, se deja esa partida dentro del programa de apoyo al vino.

    Se plantean así incertidumbres sobre el montante económico con el que se dotará al programa nacional -el anterior marco recogió 250 millones de euros anuales para el mismo-.

    Aunque no se conocen partidas concretas, García-Gasco recuerda que en los últimos borradores se hablaba de la posibilidad de movilizar 353 millones de euros para el próximo marco de apoyo -de ellos, debe decidirse si 143 millones se pasan a pago único o no-.

    Los borradores apuntaban unos 128 millones de euros para reestructuración durante el primer año, 30 millones para destilación de subproductos, 56 para inversiones y 40 para promoción, si bien García-Gasco desconoce cómo pueda quedar finalmente la distribución.

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