Para ello, se ha valido de fresas que "por tamaño o color" son descartadas para ser vendidas en fresco, y suponen en torno al 25% de la producción total, y ahora tendrán una salida distinta a las habituales, además de aumentar el valor que tendría la propia fresa para usos distintos al fresco.

     En la Universidad de Sevilla se han controlado conceptos como la calidad y aroma del producto, y se ha logrado un producto que, al igual que la fresa en sí misma, tendrá propiedades antioxidantes, de modo que, además de proteger del envejecimiento celular, ayudará a conservar por más tiempos los alimentos que se aderecen con el producto final.

×