La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras haber realizado un análisis sobre los precios en origen de la leche, el IPC y sus correspondientes cifras europeas, ha concluido que en los últimos cuatro años, desde el fin de las cuotas lácteas, la leche habría disminuido su precio en origen en un 14% y se sitúa todavía por debajo de la media europea.

La organización, quien ya denunciara en distintas ocasiones la crisis de los productores lácteos, pone el acento en la desaparición de 900 ganaderos en el último año, de acuerdo con los datos de entrega facilitados por el FEGA datados de abril de 2018, lo que conduce «a un  modelo de macrogranjas poco acorde con el modelo sostenible y social que se dice defender en la Unión Europea».

Destaca que el precio en origen ha disminuido un 13,82% respecto al mismo mes de hace 4 años, cuando se situaba en 0,369 €/litros, algo que en un país deficitario como es España no encuentra una causa justificada para ello; ya que tanto el precio al consumidor de la leche como el de los productos lácteos han mantenido una mucha mayor estabilidad.

España se sitúa también entre los países con los precios percibidos más bajos

En este sentido, señala que el mercado lácteo tiene un comportamiento anormal, al margen de las reglas puras de la oferta y la demanda. Si se establece una comparativa con los precios en origen europeo, España se sitúa también entre los países con los precios percibidos más bajos con 30,87 €/100kg y por debajo de la media europea, que se encuentra en este abril 2018 en 32,44 €/kg, según el Observatorio del Mercado de la Leche de la Unión Europea, con precios más altos en países excedentarios que en España, donde se tiene que importar para cubrir las necesidades.

En este sentido, toda esta situación podría hacer pensar que se está replicando lo mismo que hace unos años cuando las autoridades españolas ya multaron a importantes firmas de la industria láctea por prácticas anticompetitivas, «si bien la sanción impuesta, 88 millones de euros era mínima en comparación con los 800 millones de euros de los que se lucraron indebidamente las industrias con sus pactos. La organización considera que esta situación merecería una investigación por parte de Competencia», afirman miembros de Unión de Uniones.

Por otro lado,  la organización resalta que el nuevo ministro debe tomar cartas en el asunto, revisar la regulación de la cadena alimentaria e introducir mecanismos eficaces que eviten la posición de dominio que ejerce las industrias frente a los ganaderos, el eslabón más débil de la cadena de valor y que actualmente vende su producción por debajo de costes de producción.

«Esta situación de crisis dura ya cuatro años, desde el fin de las cuotas lácteas y las soluciones no están tan lejos, sólo hace falta voluntad política» – apuntan desde Unión de Uniones – «Esperemos que este nuevo Gobierno se dé cuenta y ponga en marcha mecanismos que ya están funcionando en otros países como en la vecina Francia, como ya hemos dicho otras veces» – añaden.

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