A través de esta iniciativa, alrededor de sesenta familias han probado ya esta relación laboral y nuevos grupos se preparan para salir a finales de este mes. En este proyecto, posiblemente pionero en nuestro país, nada se deja al azar. La hoja de ruta que se traza desde el inicio es severa y ajustada a los perfiles de los futuros empleados para que tanto ellos como sus empleadores galos saquen el máximo rendimiento, según se informa en una nota de prensa.

    Por ello, el requisito inicial y previo, es la asistencia a las clases de francés que se imparten todas las semanas en las cuatro entidades locales y a las que, en este momento, asisten alrededor de 400 vecinos y vecinas de las mismas. Después, se organizan y estructuran sus perfiles, siguiendo sus currículos, fundamentalmente centrados en labores agrarias, pero también en muchos casos en la construcción. Finalmente, se organiza toda la documentación, y las cuadrillas de trabajo, normalmente de cuatro personas, para que cuando llegue una solicitud concreta –y llegan, gracias a los contactos que se han creado-; todo esté listo.

    como nada se deja al azar en este proyecto, los trabajadores y trabajadores están asistidos en todo momento, desde su salida de su pueblo hasta su regreso, por la artífice del proyecto, que vela por su llegada, por la búsqueda de un alojamiento cercano a la zona de trabajo y también resuelve todos los problemas que tienen que ver con las diferencias entre nuestro mercado laboral y el francés.

Una vecina solidaria ha puesto en marcha esta iniciativa

    La artífice de la idea es la vecina de otra entidad local jerezana, Manuela Parra Fernández, de La Barca de la Florida que, hija de emigrantes allí y a caballo entre los dos países, consideró que podía contribuir a mejorar la situación laboral de su entorno; y encontró el apoyo para hacerlo en los alcaldes y alcaldesa de las cuatro pedanías citadas.

    Recoger espárrago blanco en el sur, cerca de Bayona, vendimiar en la zona de Burdeos o recoger fruta en campañas a lo largo de todo el país, son algunos de los próximos destinos de los trabajadores y trabajadoras que ya se preparan para viajar, en algunos casos, con labores muy específicas gracias a sus conocimientos agrarios en la propia campiña jerezana.

    Buena muestra de la magnífica labor que se ha realizado es que una pareja de la entidad local de San Isidro ha firmado ya un contrato de carácter indefinido para establecerse en Francia y esta misma semana, un empresario francés viaja hasta la zona para entrevistarse con pequeñas empresas de la construcción con las que poder llegar a mantener una relación de trabajo para reconstruir y reformar casas rurales y châteaux franceses ¡con sueldos del país vecino!, donde el SMI es de 1.430 euros (julio 2013), mientras que en el nuestro se sitúa en 752,85.

    Sin duda, el punto fuerte de este proyecto es que los trabajadores y trabajadoras no se van “a la aventura” sino que salen de la Campiña con el trabajo asegurado, el alojamiento buscado y ese continuo asesoramiento de “Manoli”.

    Otro de los aspectos importantes de esta iniciativa, además de esa tutela es que los implicados en el proyecto han podido celebrar varios encuentros en los que se han resuelto todas las dudas respecto a salarios, firmas de contrato, condiciones laborales, horarios e incluso seguridad social.

   Este próximo jueves, 30 de enero se producirán distintos encuentros con el empresario francés y los posibles grupos de trabajo, en sesiones de mañana y tarde, en las entidades locales citadas.

(Foto: Archivo mevoyalmundo.com)

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