UPM .- En los últimos años se han propuesto distintas especies vegetales como potenciales cultivos energéticos para la producción de biomasa, con los que se ha realizado un gran esfuerzo de investigación y desarrollo.

Si para cualquier nuevo cultivo el salto desde el nivel de experimentación al nivel de gran escala resulta crucial, en el caso de los cultivos energéticos es esencial.

Plantaciones sostenibles

Para la utilización energética de la biomasa son necesarias grandes cantidades de materia prima, que debe producirse en grandes plantaciones en las que se logren las máximas producciones con los mínimos consumos de materias primas y de energía. Es decir, las plantaciones deben manejarse siguiendo criterios de sostenibilidad y utilizando técnicas agrícolas extensivas.

El Grupo de Agroenergética de la Universidad Politécnica de Madrid -GA-UPM- inició en la década de los 80 del pasado siglo los primeros estudios sobre cultivo y domesticación del cardo Cynara cardunculus L. para la producción de biomasa y semillas oleaginosas, liderando en el período 1980-96 tres proyectos financiados por la UE para el ensayo e introducción de este cultivo en diversos países europeos. Desde que se iniciaron las investigaciones, se ha avanzado significativamente en el conocimiento del cultivo del cardo con las contribuciones de éste y otros grupos de investigación y el apoyo de diversos proyectos de I+D nacionales y europeos.

Precisamente, el trabajo de estos investigadores(1) es fruto de un proyecto europeo, el proyecto INTERREG IIIB ECAS que, liderado por el Instituto Superior de Agronomía de la Universidad Técnica de Lisboa, contó con la contribución del GA-UPM. El objeto del trabajo fue el de escalar el cultivo energético del cardo y conocer su comportamiento cuando se cultiva a gran escala en condiciones de clima mediterráneo. Para ello, se utilizó una plantación de cardo de 77,4 hectáreas, situada en las proximidades de Beja (Portugal), y se analizó el desarrollo del cultivo a lo largo de toda la superficie de plantación mediante vuelo aéreo con resolución espacial de 0,5 metros, así como los resultados de producción de biomasa lignocelulósica y de semilla oleaginosa. Tanto el establecimiento como el manejo del cultivo se realizaron mediante técnicas agrícolas comunes típicas de cultivos extensivos.

Este trabajo supone el primer registro de plantación a gran escala del cultivo energético del cardo documentado en una revista de investigación. Los resultados obtenidos abren nuevas vías para la optimización de la fitotecnia del cardo y son de utilidad, tanto para la comunidad científica como para empresarios e inversores agrícolas interesados en la explotación del cardo como cultivo energético. Un ejemplo es el hecho de que, con posterioridad a este trabajo, se han implantado algunos miles de hectáreas de este cultivo en Europa.

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