Cada verano el país se ve enfrentado a los incendios forestales, desastres que pueden provocar pérdidas incalculables desde el punto de vista económico, social y ambiental.

    Anualmente  en Chile, se queman 50 mil hectáreas, de las cuales unas 16 mil corresponden a plantaciones en Chile y de las cuales unas 8.000 ha son de empresas forestales.

    Sus efectos son evidentes y tienen relación con la destrucción del suelo, la biodiversidad y la capa orgánica.

   Para terminar con una gran parte de este tipo de siniestros, se debe apuntar a la reducción de la cantidad de incendios generados por descuidos, creando conciencia del peligro de este tipo de emergencias en zonas rurales y lograr que las personas usen el fuego con cuidado y sepan anticipar los accidentes, tomando medidas para evitar su inicio.

   Si llegan a ocurrir, es fundamental reaccionar oportunamente no sólo para controlar el siniestro, sino que para mitigar y reparar los daños.

   En función del inmenso deterioro causado a tantas personas y al propio desarrollo de nuestro país, las autoridades correspondientes sabrán sancionar con las máximas penas, tanto a los responsables directos de estos hechos, como a quienes los instigan y promueven.

   Es muy importante que la sociedad entera se de cuenta de la gravedad de lo que pasa cada año, ya que no hay nada que justifique los hechos de esta naturaleza generada por la acción de unos pocos.

    Es el futuro de miles y miles de personas el que está en juego, son sus fuentes de trabajo y la posibilidad del desarrollo de una vasta comunidad que se extiende en el país y en donde debemos estar alertas para denunciarlos.

   Se han creado instancias de coordinación donde se trabaja en conjunto para combatir los incendios, con  representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores; el Estado Mayor Conjunto del Ministerio de Defensa; la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI); Bomberos, Carabineros y CONAF.

   Lo anterior, se debe sumar a una actitud cada vez más consciente, responsable y vigilante de los ciudadanos, que nos permitirá avanzar para llegar, algún día, a vivir sin incendios forestales.

   Las empresas asociadas a la Corporación Chilena de la Madera – CORMA, han incorporado sistemas modernos de protección y equipos de trabajo formados por torreros, despachadores, supervisores y brigadistas profesionales, capacitados e implementados adecuadamente para enfrentar los incendios. De hecho, el 70% del combate se realiza en predios de terceros, en su mayoría pequeños y medianos propietarios.

   Estamos consientes que el 99% de los incendios forestales son causados voluntaria o involuntariamente por el ser humano, por eso reiteramos nuestro llamado a prevenirlos y denunciarlos oportunamente.

   El camino es largo, pero será más fácil transitarlo si cada día somos más los que luchemos por poner un Alto a los Incendios Forestales… de Ti Depende Prevenirlos.

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