Entre ellos, ha destacado la diferenciación racial, que lo estimaban necesario por información para el consumidor, los regímenes sancionadores o aspectos relacionados con el etiquetado.

    Considera García-Palacios que algunas de las medidas recogidas "son optimizables", sin embargo, entiende que "se ha ganado mucho" al poder "empezar desde esta base".

    Por ello, cree que el espíritu del borrador es "positivista" y resalta de él el hecho de que "tenga al consumidor como principal objetivo para blindar sus derechos".

    Pese a esta "satisfacción moderada" los defensores del Porcino Ibérico consideran que "hay que seguir pelando mucho la cebolla" y señalan, como aspecto negativo del nuevo documento, el hecho de que se dé un plazo de adaptación a la nueva norma de tres años, un período "demasiado largo".

×