En este sentido, Corbacho explica que si un grupo de agricultores se une para fijar unos precios "se denuncia y se sanciona", pero que en el caso de las grandes cadenas no ocurre nada porque "el poder es el poder".

   En su opinión, la solución pasa porque en el sector se creen más sociedades cooperativas (pese a ser ya uno de los que más ha apostado por este tipo de asociaciones en en la comunidad) y que sean fuertes, con buena estructura y con el personal adecuado para controlar estas situaciones.

   E l vicepresidente de APAG Extremadura-Asaja ha recordado que las cooperativas mueven en torno a un 70% de la producción del vino cuando el caso de otros cultivos de la región no superan el 50%, pero cree que se debería llegar hasta el 90%.

    "El agricultor que vende el vino en la calle a puestos privados no tiene el tiempo suficiente para hacer fuerza en relación a lo que le deben pagar; en el campo le espera la recolección porque en caso contrario se le pudre", apunta al respecto. Explica que aunque por ejemplo haya en la comarca pacense de Tierra de Barros unos 20 puestos de venta, al final compran para cuatro. "Ponerse de acuerdo entre ellos es muy fácil y nadie les dice nada pese a lo que refleje la Ley de Competencia", critica.

    En cuanto a los mercados internacionales donde se vende el vino extremeño, en 2013 continúan siendo Francia, Italia, Alemania, Portugal y Rusia los países que más compran los caldos extremeños.

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