Y ante este panorama, ya hay quien mira hacia atrás y recuerda los intereses italianos e incluso chino por hacerse con la compañía, sin olvidar la maniobra que quiso poner en marcha Dcoop para garantizar la ‘españolidad’ de Deoleo y que lo único que provocó, por la postura de las cajas españolas, fue su marcha einiciar un proyecto distinto que está dando muy buenos resultados.

     Pero la realidad es que ahora es el 46,07% del acionariado el que tiene la llave de lo que pueda pasar , porque los accionistas minoritarios, con el 3,99%, y distintas participaciones que suman en total el 42,08% (fondos de inversiones, UBS, Salazar, etc.) son los que deben decidir qué postura adoptar.

     El 53,93% que no se moverá está en manos de CVC (29,9%), el ‘núcleo español’ al que el Gobierno le pida que sea paciente a la espera de un socio industrial y en el que están Unicaja (10,06%), Caixabank (5,28%) y Kutxabank (4,84%), y finalmente las participaciones minoritarias de David Klein (2,95%) y Dcoop (0,81%). Con este mismo accionariado es con el que el fondo británico ha formado un consejo de administración a su media, que aprobó, naturalmente y por unanimidad, el precio de 0,38 euros por acción ofrecido en la OPA.

      La CNMV, al autorizar la oferta, consideró que el precio era bajo y que el “equitativo” era cuando menos de 0,395 euros por acción. Pero el fondo no se ha movido, sencillamente porque esa mejora le supondría un gasto adicional de 17,3 millones de euros, que es, en millones de euros, la diferencia del 3,94% entre el precio que ofrece y el que propone la CNMV.

     Esa diferencia se la tendría que pagar, no sólo a los accionistas que acudan en la reformulación de la OPA, sino también a los que ya compró el 29,9% en abril (Bankia, BMN y Dcoop).

     Demasiado dinero en juego y una seria preocupación no sñolo entre los accionistas, sino en el sector, porque si finalmente se debe modificar al alza la oferta de la opa hay muchas posibilidades de que ésta no se lleve a cabo, que CVC dé marcha atrás y que se abra un panorama de más incertidumbre e inestabilidad en la búsqueda de nuevos socios que garanticen la viabilidad de la principal empresa aceitera del mundo.

       Y ante este panorama, ya hay quien mira hacia atrás y recuerda los intereses italianos e incluso chino por hacerse con la compañía, sin olvidar la maniobra que quiso poner en marcha Dcoop para garantizar la ‘españolidad’ de Deoleo y que lo único que provocó, por la postura de las cajas españolas, fue su marcha einiciar un proyecto distinto que está dando muy buenos resultados.

     Pero la realidad es que ahora es el 46,07% del acionariado el que tiene la llave de lo que pueda pasar , porque los accionistas minoritarios, con el 3,99%, y distintas participaciones que suman en total el 42,08% (fondos de inversiones, UBS, Salazar, etc.) son los que deben decidir qué postura adoptar.

     El 53,93% que no se moverá está en manos de CVC (29,9%), el ‘núcleo español’ al que el Gobierno le pida que sea paciente a la espera de un socio industrial y en el que están Unicaja (10,06%), Caixabank (5,28%) y Kutxabank (4,84%), y finalmente las participaciones minoritarias de David Klein (2,95%) y Dcoop (0,81%). Con este mismo accionariado es con el que el fondo británico ha formado un consejo de administración a su media, que aprobó, naturalmente y por unanimidad, el precio de 0,38 euros por acción ofrecido en la OPA.

      La CNMV, al autorizar la oferta, consideró que el precio era bajo y que el “equitativo” era cuando menos de 0,395 euros por acción. Pero el fondo no se ha movido, sencillamente porque esa mejora le supondría un gasto adicional de 17,3 millones de euros, que es, en millones de euros, la diferencia del 3,94% entre el precio que ofrece y el que propone la CNMV.

     Esa diferencia se la tendría que pagar, no sólo a los accionistas que acudan en la reformulación de la OPA, sino también a los que ya compró el 29,9% en abril (Bankia, BMN y Dcoop).

     Demasiado dinero en juego y una seria preocupación no sñolo entre los accionistas, sino en el sector, porque si finalmente se debe modificar al alza la oferta de la opa hay muchas posibilidades de que ésta no se lleve a cabo, que CVC dé marcha atrás y que se abra un panorama de más incertidumbre e inestabilidad en la búsqueda de nuevos socios que garanticen la viabilidad de la principal empresa aceitera del mundo.

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