Más de quince millones de personas en Europa sufren alergias a los alimentos -incluyendo el seis por ciento de los niños- y esta cifra crece de manera progresiva con gran coste social y económico.

   El coordinador del proyecto e investigador de la Unidad de Materiales y Dispositivos Optoelectrónicos del Instituto de Ciencia de los Materiales, Daniel Hill, ha explicado que actualmente los test de alergia más comunes son "pruebas caras y traumáticas, especialmente para los niños, además de suponer un riesgo a reacciones adversas".

   "Más allá del proyecto, la idea es conseguir poner una máquina de alergia a los alimentos, rápida, efectiva y segura, en la consulta de cada pediatra, de forma que se puedan realizar pruebas durante los primeros años de vida de las personas", ha señalado.

   Según el investigador, la tecnología incorporada "permitirá efectuar el análisis con una sola gota de sangre, facilitando la extracción tan engorrosa a menudo en niños y proporcionará un volumen de información mucho mayor de cara a la obtención de un diagnóstico más preciso".

   Positive es un proyecto multidisciplinar centrado en el desarrollo de un sistema de biosensores de alta tecnología y orientado al reconocimiento de biomoléculas de los pacientes sintomáticos de reacción alérgica a alimentos.

   Según Daniel Hill, el instrumento estará construido en febrero de 2013 y estará listo para empezar los ensayos clínicos con pacientes a partir del mes de junio, y las pruebas tendrán lugar en el Hospital de la Universitaetsmedizin Berlín (Alemania).

   Junto al equipo de la Universitat participan en el proyecto empresas e instituciones de Suiza, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Suecia.

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