Fueron los agentes de la comandancia de Murcia iniciaron las investigaciones que les llevaron hasta un grupo de ciudadanos de entre 27 y 35 años dedicado a la comisión de robos en fincas, casas de campo y establecimientos vinculados a la actividad agrícola.

    La red estaba especializada en el robo de motores de riego, generadores de energía, bombas de agua, herramientas y maquinaria agrícola, vehículos, electrodomésticos y otros objetos de casas de campo.

    El grupo tenía como punto de reunión para planear sus golpes un bar de Amoradí (Alicante) y un piso alquilado en Crevillente que les servía como almacén temporal de los efectos sustraídos hasta que decidían enviarlos bien en furgonetas de grandes dimensiones o en barco hasta Marruecos.

    Después de seleccionar sus objetivos, realizaban varias inspecciones para hacer un estudio del inmueble y de sus accesos, y, ya para cometer el robo, empleaban generalmente furgonetas previamente también sustraídas y modificadas su interior para disponer de una mayor capacidad de carga.

Actuaban de forma organizada por las madrugadas


    Así, actuaban durante la madrugada, aprovechando la escasa presencia de personas en las zonas rurales, para evitar ser detectados tanto por los propietarios como por otros vecinos.

    De los efectos sustraídos que llegaban a Marruecos donde se vendían en el mercado ilegal, los detenidos obtenían grandes beneficios económicos, lo que les permitía no desarrollar actividad laboral alguna.

    Para las exportaciones del material robado utilizaban furgonetas de grandes dimensiones legalizadas, ocultando los efectos sustraídos entre gran cantidad de objetos y se hacían con facturas falsas para acreditar la mercancía transportada.

    Los agentes desarticularon la red al detectar la planificación de un envío con numerosos objetos robados, por lo que interceptaron en Lorca dos furgonetas cargadas de efectos sustraídos y detuvieron a dos integrantes.

    Seguidamente, se efectuaron tres registros domiciliarios en las localidades murcianas de Alguazas y Cieza, y en la de Crevillente (Alicante), donde se detuvo al resto de la organización y se incautaron efectos sustraídos y herramientas empleadas para cometer los robos.

    Entre el botín recuperado hay dos vehículos (una furgoneta y una motocicleta), cinco grupos electrógenos, varias garrafas con combustible, mobiliario y electrodomésticos de casas de campo, como sillas y mesas de terraza, videoconsolas, lavadoras y frigoríficos, dos bicicletas, además de herramientas, como máquinas de soldadura y de limpieza a presión.

    Los arrestados, efectos incautados y diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia, que ha ejercido la dirección judicial de la operación y ha ordenado el ingreso en prisión provisional de cuatro integrantes de la organización criminal.

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