La investigación liderada por Lamuela forma parte de la tesis doctoral de Ana Tresserra, que volvió a analizar los resultados del estudio PREDIMED, realizado con personas de entre 55 y 80 años con alto riesgo cardiovascular.

     En este nuevo análisis, la investigadora encontró que las personas con una dieta rica en polifenoles tuvieron una reducción significativa en la mortalidad por cualquier causa, no sólo debida a enfermedades cardiovasculares.

     También observó que ciertos polifenoles están asociados con efectos protectores frente a la mortalidad, específicamente los estilbenos y los lignanos.

     Los estilbenos se encuentran en la piel de la uva y se concentran en el vino tinto, mientras que las aceitunas, el aceite de oliva virgen, las semillas de lino, las semillas de sésamo y los cereales integrales contienen altos niveles de lignanos.

Un estudio más amplio y procedente de diversas fuentes de aimentación


     "En otras poblaciones estudiadas con anterioridad, el consumo de cualquiera de los alimentos ricos en polifenoles no era suficiente por sí mismo para reducir la mortalidad, pero en nuestro estudio el consumo total de polifenoles fue más amplio, proveniente de diversas fuentes de alimentación", ha explicado Lamuela, que también es investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn).

     "Los datos de nuestra investigación -según Lamuela- apoyan la hipótesis de que una mayor ingesta de polifenoles, con las muchas subclases de polifenoles que esto representa, sirve para aumentar la esperanza de vida a través de muchos factores diferentes".

    El otro trabajo en el que han participado los investigadores de la UB se ha centrado en los efectos del aceite de oliva.

El aceite de oliva virgen extra es el mejor para retrasar la mortalidad


     Aunque la asociación entre el consumo de este producto y el riesgo de enfermedades cardiovasculares se ha estudiado en numerosos trabajos, pocos han analizado los diferentes tipos de aceite de oliva.

     La investigación realizada en el marco del estudio PREDIMED ha encontrado que un aumento de 10 gramos por día en el consumo de aceite de oliva virgen extra está vinculado con una reducción del 10% en el riesgo de enfermedad cardíaca y muerte cardiovascular.

     El aceite de oliva virgen extra es de mayor calidad que el aceite de oliva común y tiene más acidez y polifenoles, que proporcionan beneficios cardiovasculares.

"Aunque es difícil aislar el efecto de un solo ingrediente, nuestro estudio fue capaz de distinguir los efectos cardiovasculares atribuidos al aceite de oliva, un alimento que es un componente clave de la dieta mediterránea", ha explicado Jordi Salas Salvadó, coordinador del estudio y director de Nutrición Humana en la URV.

      PREDIMED es un estudio de intervención nutricional multicéntrico que evaluó el efecto de la dieta mediterránea en la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares en más de 7.000 personas de entre 55 y 80 años durante un promedio de cinco años.

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