A este colectivo, ya en edad de jubilación, se destinaron 73 de los 450 millones de euros que reparte Bruselas al año a los agricultores aragoneses, debido a los derechos históricos con los que cuentan a la hora de recibir las prestaciones. Una situación que, en parte, romperá la nueva figura del agricultor activo, que busca primar la dedicación plena al sector sacando de la PAC a aquellos agricultores o ganaderos cuya renta agraria proceda en un 80% de las ayudas de la Unión, según recoge V. M. Zaragoza en www.heraldo.es.

    “Este año la nueva regulación ya se ha empezado a notar en que el número de solicitudes ha descendido, y creemos que para 2015 irá a más, sobre todo por parte de agricultores de mayor edad que debido a esta nueva restricción han tenido que traspasar o ceder sus derechos de ayuda”, explica Gerardo Torralba, técnico de la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA) en Aragón.

      De hecho, hasta este año, momento en el que ha empezado a lanzarse el nuevo marco de la reforma de la PAC, un agricultor jubilado podía seguir manteniendo sus derechos y llegar a un acuerdo con otro agricultor, o ceder el trabajo a un familiar, para llevar su explotación, manteniendo él los derechos de pago único. Como resultado del cambio de la política agraria, este año el campo aragonés ha comenzado a ver surgir los primeros efectos. Más de 4.600 antiguos preceptores han dejado de solicitar las ayudas debido a las imposibilidades de cumplir con los objetivos de cara al año que viene, y las cesiones de derechos y las ventas de tierras se han disparado hasta un 130%.

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