SINC .- ?“Los modelos prevén que hacia finales de siglo XXI, el 58% de especies de
vertebrados terrestres y plantas de Europa podría perder las condiciones climáticas adecuadas para subsistir en las áreas protegidas de cada país”, señala a SINC Miguel B. Araújo, autor principal e investigador en el departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

En general las áreas protegidas conservan mejor las especies frente al cambio
climático que las no protegidas porque “suelen ser zonas de montaña que actúan
como ‘refugios climáticos”.

Sin embargo, “la Red Natura 2000 es más vulnerable y podría perder más especies que las regiones no protegidas de su entorno”, manifiesta Araújo, quien añade que
estas zonas están en llanuras donde los efectos del clima son “más intensos”.

Las pérdidas de las condiciones climáticas afectarán, según el estudio, al 63% de las especies incluidas dentro de la red de conservación Natura 2000 hacia 2080.

Los impactos sobre la biodiversidad serán generalizados en toda Europa pero “serán más importantes en países del sur, como España”, afirma el experto. La biodiversidad en países escandinavos y en zonas de alta montaña sufrirá impactos “más complejos”.

Para el equipo de investigación, muchas especies repartidas ampliamente por Europa se beneficiarán de la subida de las temperaturas y se extenderán hacia latitudes y altitudes más elevadas.

 Pero las especies que toleran el frío y que están ahora restringidas a zonas del extremo norte y de altitudes más elevadas “harán frente a grandes amenazas en el futuro”, zanja Araújo.

Aves, anfibios y mamíferos serán los grandes “perdedores”.

La UE excluye el cambio climático.

Las políticas de conservación europeas mantienen el concepto de que las especies no cambian sus distribuciones a menos que las actividades humanas les obliguen a ello.

Incluir el factor ‘cambio climático’ en estas políticas implicaría “trabajar bajo
incertidumbres que pueden ser importantes”, recalca el experto.

Las medidas de adaptación de la biodiversidad al cambio climático resultarán en un aumento del coste total de las políticas de conservación.

“En instituciones como la UE, las decisiones resultan de consensos, no siempre fáciles y con intereses muy diferentes”, subraya el investigador.

 

×