Para combatir al pulgón de las catalpas, los expertos se sirven de una mariquita depredadora de este insecto y de un parásito que les ataca, mientras que los utilizados para las otras dos especies de árboles son chinches depredadores.

     Las mismas fuentes aseguran que todos estos insectos beneficios son autóctonos y se encuentran ya en las zonas verdes de la ciudad, "si bien -añaden- no en los niveles adecuados para combatir las plagas".

    A partir de esta primera suelta, a la que han sido invitados alumnos del ciclo medio del Instituto de Formación Profesional Específica Montearagón, se realizarán controles periódicos para observar los niveles poblacionales tanto de las especies dañinas como de las beneficiosas.

     Según las mismas fuentes, el control biológico de las plagas es una alternativa "mucho más respetuosa" para combatirlas que la utilización de productos químicos.

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