"El propio intercambio de información sobre la identidad y volúmenes de compra" a los dueños de las vacas, además de ofrecer datos ‘estratégicos’ de las empresas a sus teórico rivales, "serían ‘per se’" contrarios a las normas de libre mercado. Pero los implicados fueron aún más lejos al convertir en "una práctica habitual y complementaria" la ‘cesión’ de ganaderos entre empresas, pese a la oposición de éstos, según recoge J. A. Bravo en larioja.com.

    "Para evitar las batallas entre industrias", señala la CNMC, se estableció en algunos casos "un sistema por el cual se respeta el territorio y el proveedor del comprador". Así, "en la práctica no lo cambian (las empresas) hasta que haya quedado libre de su comprador anterior y éste último autorice expresa o tácitamente las entregas al nuevo".

Los ganaderos no podían cambiar de industria sin el visto bueno de la anterior

    Todo un círculo vicioso que suponía "un claro reparto de los medios de producción en perjuicio del ganadero, que no puede ofrecer libremente" su leche a cualquiera. De hecho, algunos de esos profesionales entrevistados por los técnicos de Competencia "han admitido con cierto temor" que cuando intentaban cambiar de empresa láctea, sus aparentes competidores se negaban a firmarles un contrato hasta haber hablado con el comprador anterior.

    Otro elemento probatorio usado por el regulador han sido los correos cruzados entre las compañías implicadas. Así, en uno enviado desde Nestle en 2003 se afirma que una de ellas (Lactalis) no se podía "dejar ir a nadie por precio salvo a los ganaderos que ya tienen mejor pagados". En otro, remitido desde Puleva en 2004 se habla de "mover todo el cotarro" para impedir que alguna actúe de forma unilateral.

      Asimismo, el expediente del organismo también da cuenta de innumerables correos en los que las industrias se reparten las explotaciones se intercambian información sobre volúmenes y estrategias a adoptar con los ganaderos.

Cerraban en un ‘acta’ el precio que debía tener la leche

     Pero llama poderosamente la atención que, en Galicia, primera productora de leche del Estado, la industria utilizase la patronal sectorial para definir sus estrategias de concertación. Por eso, la Asociación de Empresas Lácteas de Galicia (Aelga) ha sido multada por Competencia con 100.000 euros., según señala Mario Beramendi en lavozdegalicia.com.

     El regulador incorpora una cita del acta del encuentro del 13 de octubre del 2011. Y dice, literalmente, lo siguiente. "Las previsiones serían acabar el año 2011 con unos precios que estarían entorno a un 8% por encima de los precios del año 2010".  El expediente aporta documentos para probar cómo en Aelga las empresas intercambiaban información sobre estrategias para el control de los excedentes de leche, algo que tiene una incidencia directa en el precio pagado a los ganaderos.

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