El Centro de Estudios del Jiloca, la Plataforma Aguilar Natural y VoluntaRíos, tres asociaciones aragonesas sin ánimo de lucro, son las promotoras de la candidatura española al Árbol Europeo del Año 2015. El ejemplar es un chopo cabecero localizado en el camino del Remolinar de Aguilar del Alfambra (Teruel), localidad situada a unos 1.300 metros de altitud.

    Es un ejemplar notable que goza de buena salud, tiene 24 metros de altura, 20 metros de diámetro en la copa y un perímetro en el tronco de casi seis metros. Y varios cientos de años de antigüedad. Sin embargo, estas no han sido las razones fundamentales para su selección.

    El Chopo Cabecero del Remolinar no compite por la excepcionalidad de sus dimensiones o por su longevidad, que las tiene y destacables. Compite porque es un representante de la cultura campesina que históricamente ha moldeado el paisaje de las altas sierras de Teruel.

El chopo cabecero, el árbol del pueblo

    “Chopo cabecero” es la denominación popular que recibe en el sur de Aragón el álamo negro (Populus nigra) gestionado mediante el desmoche o escamonda, técnica consistente en la corta periódica de todas las ramas del árbol, que nacen a una misma altura del tronco. Al brotar, los vástagos quedan lejos del diente del ganado. Así, se compatibiliza la producción forestal y la presencia de los rebaños en las dehesas fluviales. El desmoche prolonga la vida de los árboles y les proporciona una característica forma de candelabro, siendo verdaderas esculturas vivas cinceladas durante décadas por la mano campesina.

    Un chopo cabecero se reconoce por su tronco bajo, rugoso y grueso coronado por una gran protuberancia callosa de la que nace una cosecha de largas y rectas ramas o vigas, que se empleaban como combustible y para la construcción. Las gentes de Aguilar han nacido desde hace siglos bajo las vigas de los viejos chopos cabeceros que mantienen sus casas; igualmente, estos árboles han dado la leña que lleva calentado sus hogares desde generaciones. Los chopos cabeceros aportaban una cosecha anual de hojas que servían de forraje para el ganado ovino, en otoño antes de la partida de los rebaños trashumantes hacia Levante.

    Es un cultivo de un árbol autóctono. Se plantaban en lindes entre fincas, junto a las acequias y, sobre todo, en los márgenes de los ríos y arroyos. Con sus raíces retenían el terreno y protegían el suelo agrícola de las violentas avenidas. Las riberas eran –aún son- largas dehesas fluviales en las que crecía pasto fresco para los rebaños.

    Este aprovechamiento agrosilvopastoral tradicional y sostenible ha permitido la creación de árboles de grandes dimensiones, con numerosos huecos y abundante madera muerta, sobre la que se desarrolla una compleja comunidad biológica que encuentra en estos árboles monumentales su alimento, refugio y lugar de cría.

Historia y reivindicación del paisaje del chopo cabecero

     Estos árboles trasmochos fueron desde bien pronto una solución productiva en un entorno históricamente deforestado. Hay ya referencias históricas en ordenanzas de la Comunidad de aldeas de Teruel (1624) aunque probablemente sea una norma muy anterior pues en los fueros que Jaime II concede a Aguilar (1303) ya organiza la gestión de las dehesas del río Alfambra.

    Los dances son representaciones populares de carácter sacro de origen medieval. El Dance de Aguilar del Alfambra, que conocemos en una versión del siglo xviii, comienza situando la acción en esta gran chopera con el diálogo de dos pastores.

    Eso es el paisaje del chopo cabecero para los vecinos de las sierras de Teruel y para los hijos de la emigración que vació estos pueblos, riberas y páramos. Su memoria está llena de recuerdos e historias personales en estas dehesas de incontestable belleza y plasticidad en las que se trabajaba… en las que pasaba la vida. Por ello el Chopo del Remolinar es un símbolo. Es el símbolo anónimo de la gran chopera de Aguilar y de todo el Alto Alfambra, la mayor concentración de chopos trasmochos de toda Europa. Un paisaje único y espectacular.

     En el año 2009 fue celebrada en Aguilar del Alfambra la 1ª Fiesta del Chopo Cabecero, un evento sin precedentes en Europa que reúne cada otoño a cientos de personas amantes de los árboles viejos, la cultura rural y la vida silvestre. En aquella ocasión fue el árbol que seleccionaron los vecinos en representación de entre los 4.700 chopos cabeceros para su inclusión en el Inventario de Árboles Singulares de Aragón.  

Desde Aguilar a Bruselas

     El Chopo Cabecero del Remolinar, con el apoyo de las personas que aman a los árboles, puede conseguir ser declarado Árbol Europeo del Año 2015. Solo hay que votar, durante el mes de febrero:

                – votando en: www.treeoftheyear.org     

                – conociendo más en: candidatoarboleuropeo.blogspot.com 

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