En su nota se hace especial hincapié en que España es un país forestal. Casi el 50% de nuestro territorio es monte, "y debemos aprovechar la oportunidad que nos brinda de beneficiarnos de su riqueza natural en un sentido positivo y con responsabilidad".

    “Con una inversión de 100€ por hectárea de monte arbolado dedicada a la biomasa de uso energético se crearían 75.000 empleos en la industria forestal relacionada con el monte –afirma Del Álamo-. Esto supondría una inversión total para el Estado de unos 600 millones de euros, pero entre los impuestos y el retorno por actividad  económica, las Administraciones percibirían unos ingresos de unos 725 millones de euros”. La biomasa forestal es, por tanto, una de las poquísimas actividades económicas que en este momento es capaz de generar una balanza de resultados positiva. 

    Asimismo, se realca que por cada megavatio generado por biomasa forestal, el bosque español es capaz de crear 10 empleos en el medio rural, y este es el ratio más alto de todas las energías renovables. Y este dato no es una aproximación; ya que el Plan de Energías Renovables del Gobierno contempla que 10 millones de toneladas de biomasa de uso energético generan 10.000 puestos de trabajo.

    El decano del Colegio de Ingenieros de Montes insiste en que “la biomasa es sin duda la energía renovable más social porque es la que más empleo genera”. Se calcula, por ejemplo, que la actividad de producción de biomasa reduce en España el riesgo de que se produzcan el 70% de los incendios forestales que sufrimos. “Los ingenieros de montes creemos en el monte rentable: el que crea empleo, es capaz de ser económicamente autosuficiente a través de una buena gestión, y mejora la calidad de vida de los ciudadanos”, defiende Carlos Del Álamo.

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