Situada en la ladera oeste de Gran Canaria, la reserva de Güigüi es el único lugar en la isla donde crece de forma natural el cedro canario, aunque con un reducido tamaño. Esta iniciativa medioambiental arrancó el pasado mes de octubre y en estos meses se han dado los primeros pasos.

   Según el técnico del Cabildo de Gran Canaria José Naranjo, los comienzos son siempre “complicados”, porque hay que “engrasar la maquinaria, poner a punto muchos temas y contratar personal, en este caso tres operarios, un técnico y un director”.

   Naranjo ha remarcado que la zona donde se va a trabajar no es de fácil acceso, porque abundan los sitios escarpados y las laderas, un paraje que requiere unas medidas específicas de seguridad, “que es en lo que se está en estos momentos”.

   Además, en el arranque del proyecto se han comprado los vehículos y material para riego, entre otros, y se avanza en la fase de informes para actuar en la reserva, como la localización de la zona de hábitat y especies amenazadas y el refuerzo de las poblaciones de los cedros existentes, que estarán culminados durante 2014.

   José Naranjo ha informado de que este proyecto Life+ se extenderá hasta el año 2017 con un presupuesto de casi 900.000 euros, que está financiado en un 50 % por Europa, en un 43 % por el Cabildo de Gran Canaria y en el 7 % restante por el Ejecutivo regional.

Las cabras salvajes sitúan al cero canario al borde la extinción

   En su opinión, la actuación de las personas y de los herbívoros, en especial las cabras salvajes -a día de hoy más de un centenar-, han colocado al cedro canario al borde de la extinción, aunque la especie ha logrado resistir en los riscos con una talla que se asemeja a la de los bonsáis.

   “Buena parte del éxito del proyecto pasará por retirar de la zona a las cabras y, con ese fin, el grupo que dirige Gustavo Viera realizará apañadas en la reserva para capturar a estos herbívoros salvajes y desplazarlos al un lugar bajo control”, ha subrayado el técnico.

   Asimismo, otro de los objetivos del proyecto es potenciar la actividad de senderismo en la zona, con la ruta que une La Aldea con La Degollada, de unas dos horas y media de recorrido, que también será repoblado en sus aledaños con la ayuda de voluntarios.

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