Respecto a España, lla bacteria en cuestión no ha irrumpido en la Comunitat Valenciana, por lo que ante esta coyuntura, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) exige a las autoridades comunitarias, españolas y autonómicas que extremen al máximo los controles en todas las áreas de sus respectivas competencias para impedir que los kiwis valencianos puedan verse infectados por el chancho bacteriano.
   “Una vez más –subraya el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado– tenemos que hacer un llamamiento a la responsabilidad y profesionalidad de nuestros políticos y funcionarios para que muestren especial celo a la hora de vigilar en puertos o viveros el movimiento de material vegetal, que es, junto al polen, el vector a través del cual se transmite la bacteria. Estamos hablando de un cultivo alternativo para nuestra agricultura que se está adaptando bien al terreno, que está ofreciendo buenos rendimientos y cuyas expectativas comerciales en los mercados pueden verse aún más reforzadas debido a los graves problemas que está ocasionando la plaga en las zonas productoras tradicionales de todo el mundo”.
    Efectivamente, las consecuencias de la presencia de chancro bacteriano del kiwi suelen resultar catastróficas, con niveles de incidencia de la enfermedad que, en el caso de ciertas regiones de Italia, afectan ya en menor o mayor grado al 80% de las plantaciones. La bacteria Pseudomonas syringae provoca necrosis en la planta, impide la circulación de la savia y termina por matar el árbol.
   En cuanto a la situación actual del kiwi en la Comunitat Valenciana, hay que remarcar, tal como se ha apuntado, que se trata de un cultivo aún incipiente, con una superficie de unas 100 hectáreas y una producción que se sitúa ligeramente por encima de las 300 toneladas, cuando el consumo anual de kiwis en España supera las 150.000 toneladas. Por tanto, la elevada demanda existente, que se viene cubriendo con importaciones de los países que sufren los estragos de la referida plaga, encuentra su reflejo en unas cotizaciones al alza. Así, el precio que obtiene un productor valenciano de kiwi oscila entre los 60 y 80 céntimos por kilo, mientras que el que se le paga por un kilo de naranjas difícilmente supera los 20 céntimos.
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